13 de julio de 2008

Sudoku

Fumo, ya muy despierto. La pava se está calentando, y me va a gustar cebar con Durazno sangrando como telón rojo. Dos menos diez de la mañana: pienso, entre otras cosas, en "la hiperfetación de la lógica", que tanto abunda, y chotamente además, en Filo; tengo ganas de no retomar, una vez más, la carrera, segundo cuatrimestre.

¿Jugar, pujando, a la razón? "La voluntad de saber" puede darse en distintos círculos, que no son, claro, concéntricos. La Verdad papa, la indiscutible: buscarla en alguna religión afín a lo de uno. Para eso, más vale seguir con los ejercicios de prosa, y seducir y poseer por áhi a los diversos recién llegados. Prolijidad y desatino: publicar todo.

Ahora que, eso de los infinitivos, me revienta sobremanera lo de Juarroz. Su formulismo geometrizante, su gusto por el desconcierto sistemático -pongamos: la superación-, el juego abusivo de los opuestos, e incluir el tercero: me cae mal. Quizá relea algún día los dos tomazos -aunque de a un libro por vez-, como hago con el resto de los poetas en castellano que tengo -más o menos al azar; más o menos buscando; en el peor de los casos, y son varios: por rutina-. Quizá pase el tiempo y se me vire el gusto: a veces pasa.

Por ahora, el Evangelio según Mateo. Listita Bloom, qué vachaché. Encima, encuentro en ese texto todo el mambo Nietzsche, frases enteras calcadas, claro que con la misreading (¿?) por efectuar. Es al pedo: somos juguetes de nuestras propias lecturas tenaces. Sí: la poesía, en ese sentido y cuando puede, renueva el lenguaje; pero, y sobre todo hoy, es muy chiquita, muy marginal, la pobre.

Porque es más estimulante ("la voluntad de poder") medirse con los grandes libros: "por sus frutos los conocerán" (se ve: diversos sentidos para la frase). ¿Quién era, los formalistas o quiénes, los de la "desautomatización" (pedazo de palabreja)? Conocimiento de causa, que probablemente no pasa por la cautela, aunque sí por la constancia.

No puedo escribir ficciones. Algunas hice; pero intentar pergeñar un mundo sin referente inmediato, hoy por hoy, me saca. Taller en el que el profe me tiraba ideas, y yo devolvía cuentos bien formados. Por eso Bardamu es bueno.

Y la gracia no consiste en sorprender, decía Borges. Trabajar la prosita, el poema, lo de entre manos, pero ajustando. Pongamos que era Onetti, con respecto a La vida breve y al estudio de otro, el que decía: "nueva vuelta de tuerca: nos vamos acercando".

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