Ésta es la dureza gorda, la redonda; la de los visillos como contraluz y suena: de filo la guitarra no aceitada. Éste es el pensamiento de la demasía, pleno el sonido por los poros de quizá algunos éxtasis, la penetración. Y no la esponja, virtual equívoco cortazariano. Ésta es la luminosidad y el calor terso del mediodía, fosforescencia quitada, y velos.
The deception of the thrush, que de eso estoy hablando. Como la música es subjetiva, la narro, de algún modo, para prever viajeros.
Manejan los volúmenes, estos instrumentos eléctricos, a la perilla. Lástima que los acústicos, al hacer sus 'crescendos', cambien de timbre. Es imposible saber cómo se mueven, tal es la gelidez redonda y agradable desde la cual tocan. Videos revelarían el asunto, y más verlos en vivo.
Ésta es la idiosincracia del calor, del bajo, digo. Ésta es, aparte, una toma de producción, para canalizarla en Córdoba. Y que viajeros opinen mi acierto y desarraigo. Tomas de allá, reduces y conduces. Cultura es eso.
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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.