13 de abril de 2012

Entre nos

anoche, anoche, anoche. anoche, despuEs de presentar naturaleza muerta en la alianza, cuando por fin estuvimos en lo de la ceci, me puse a leer (ya ella descansaba) poesIa. leI de un libro de alejandro bekes, una antologIa de su obra que va de sus primeros trabajos hasta, por asI decirlo, la actualidad, libro que gentilmente me alcanzO pablo anadOn. el hermoso volumen --bellamente editado, y de contenido mAs bello aun-- venIa con una breve y cAlida dedicatoria. y leI. 

leI durante dos, tres horas. leI versos hermosos, sabiamente pulidos, profundos, de una, cOmo decir, buena, honda virilidad: sensibilidad estremecida por momentos, y una lenta pasiOn meditada. 

no digo que asi escriba, que asI sea bekes. digo que asI me llegaron, anoche, esos versos, rendido yo de felicidad y gratitud por tanta gente hermosa que me acompanyO, y obligado ahora (reafirmado en ello), por asI decirlo, a seguir leyendo, a intentar, con cada nuevo poema, con cada nueva anotaciOn, a ir por mAs: a seguir trabajando la palabra: orfebre, sI, enamorado de su oficio, pero tambiEn escritor consciente --lUcidamente consciente; y ojalA que no se me olvide demasiado pronto, ay!, dicha certidumbre-- de que, en el fondo, se tratarA siempre de eso: hay que forjar frases lo mAs bellas posible, sI, pero sOlo para aquellos que saben disfrutar de ellas. cOmo decirlo: agradecido, repito, pero tambiEn con un renovado impulso para la tarea de siempre. 

asI, ese eje del cual hablara anoche elisa molina al referirse a mi libro, esto es, la soledad, se volviO fruto, pongAmoslo, sabroso. eso desesperado y obtusamente tozudo de escribir en el apartamiento, en lo yermo y hasta yerto, se volviO "sandIa / partida a la mitad" (esa malicia que se disuelve como terrOn de azUcar al contacto con una gota de agua; y habIa habido tanta, tan prolongada sequIa...): porque otros oIan: porque otros estaban atentos, mAs, muy predispuestos a mis palabras. y atendIan a ellas por eso que antes dije: porque gustan de los versos; de, si lo hay, el arte --que nunca se posee, bien lo sabemos, sino que a veces aparece, caprichoso y jovial, y nunca porque nosotros asI lo decidamos--; de, en la gran mayorIa de los casos, la afanosa, ardua artesanIa, tan gustosa de practicar, por otra parte. 

quE cosa que se me evidenciO anoche, y de quE manera mAs patente: escribimos sOlo para quienes gustan de leer; recitamos sOlo para quienes gustan de oIr. quE dolorosos e infructuosos, amEn de amargos y hasta sin sentido, que se vuelven los dIas y hasta los anyos, como venIa siendo mi caso, cuando intentamos hablar de poesIa con aquellos que no la aman: aunque esas personas sean las mas queridas, aquellas por las que todavIa gimotea, pusilAnime, el conflictuado corazOn, las de, incluso, los lazos, no temamos en confesarlo, de la sangre... para no hablar de ese otro "pUblico", tantas veces (venIa escribiendo de ello) tan neciamente apetecido: todos los poseIdos por la fiebre de lo Util y demAs menjunjes de la figuraciOn idiota y el poder... 

entonces: leI. se me renovaron los ojos, la voz, la pasiOn por los versos, por la literatura. tantas cosas y ocupaciones en el mundo, y yo, seamos groseros, meando fuera del tarro... entonces, insisto (sean benEvolos con mi estulticia: debo perentoriamente terminar de entenderlo): leer, escribir: para los que leen; para los que escriben. y "que se curtan" (frase murrumuac total, en furibunda): los de sOlo el diario, los de sOlo la telenovela, y todos esos que ignoran y hasta desprecian ese otro mundo: los libros...