18 de marzo de 2008

El oso caminaba afanosamente. Guitarras almacenadas, potaje como la contraparte de una paciencia natural. Una expresividad de alcance: no hay posturas ni padecimientos menores (La belleza del mundo), y la que se amilanaba para cruzar la Cañada tenía en su bolso de compras el diminuto rifle que observa temeroso. Conocíamos la respiración de Lezama Lima a comienzos de su habano matutino, cruzada de piernas se perdía en la percepción de un saxo alto. Distruté de un mate que no tenía yuyos ni expresaba ninguna 'Weltanschauung'. Legañas como medallas de otro lugar.

Pollok sería sólo sentir el teclamen como huella digital continua. Tresillos en corcheas, se recupera el barroco y su tracción. --- Melancolía por dormir poco: la de los párpados abotargados. Sensación de paño en ojos, toso para desflemar el algodón como neblina tibia. Humea el cigarrillo, clase a los ocho, Vivaldi es el inicio de la música. --- Me crujo el morbo, se escucha un fondo de lo que muchos llaman fascismo cordobés, intelectuales de arrebato, saque y volea del juicio de no soportar a la mayoría. Mi mate tiene almejas disecadas, Semana Santa es no clases, releería el hospital de Viel Temperley para buscar la foto, "niña entre abetos" mira hacia sus manos entrelazadas tímidamente, bikini de no tetas de un futuro amor y la sonrisa increíble, revista del, ¡oh, qué intenso es el que afirma en la canción, la base delirante, un avanzar en los dictámenes, un coro que sabe!

--- Eso es la música: cuando llega al cuerpo de la piel y movimiento. Decir el no de la cabeza de ojos entrecerrados, un no apenas, un no pequeño, un no seguidor, un no continuo como el que disfruta conociendo. Vibración.

El disco, Amputechture, mal grabado, y el mate, termo roto de caída previa, me crujo el morbo del no ejercicio, vertebrados que son lectores, cómo pensarlo, un Pollok-escritura, un Pollok un poco conceptual pero por sobre todo "llevadero", un Pollok con hambrecita y me comeré una fruta. --- Pero la gracia es morbo, medidas de ocasión, apura el tu paciencia de saludar perdido, me rasco y más me rasco, la psoriasis del elemento/protón o régimen alográfico en chancletas, como madrépora que saluda desde el atrio.

En fin: hacer política.

16 de marzo de 2008

Comentarios serviles a una molienda indecente más

Dado a su ser, golpea inmune a la mujer/hilacha, gritos, gritos, espadas, botella al cráneo, niñita grita y tiene mierda, y yo lejos, cómo que sea posible, y discuto, atestiguo, brindo mi no de situación galante, desesperos pobres en una estación arrebatada, mate lavado, y brilla el pucho, maldito oxímoron toda mi dentadura, vuelve el recuerdo, mi primo dice "negro" a la mujer, le digo guarda, Amputechture como un romanticismo de ocasión, Asuranceturix alardea de mano santa, "vuelve y ataca [Jesús]" desde su pedestal de bazofias atrincheradas, la chica teme el morbo, ni digo no ni callo, simple estorbo en antesala o crimen, el no se hace en los ojos, cuerpo que tiembla en pausa almacenada que peligra, piernas torneadas, rostro amoratado, la niñita teme como temen los que ven el caos/realidad, anoto cosas o pespunte de criadas en Infierno, se me amacera la psoriasis. --- Un poco de texto, vacilación y caída, bailan los tres dedos sobre el teclamen de mi no respirar, y no es inspiración sino su ritma, voy anotando minucioso la nervadura o germen del aroma, me crujo la clavícula de leer, me cuestiono el morbo o la pared vencida, caen trapecios.

Así, la voz minúscula brota tu espora, cómo decir que vivo, me tiro un pedo, auriculares del descanso/otros, charlas cerveceadas del malestar al que hago no, mal grabada la redonda, cuestiono su actitud en almacén intelectual de verbos generales, veo la trampa, hay espacios de retención forzada, anímica feroz, figurada molienda o campanarios, como un rebote de cuñada rubia, que la teñida, pasos de botas que nombro, la petisa, bombacha occidental de seda, amanecer en camas, me crujo el morbo de clavijeros idos, una melancolía o ritmo de tipeadas en el romanticismo o negación de aldabas, quizás pregunte.

--- Una canción que esparce, madréporas de la condenación o estorbo, un alce que reniega de su saber, una bandera pirata y nazi filmada y denunciada, eso fue fútbol, y olvidas y los tiempos muerden, almejas de esperanza o sino que diluyen, textura ubicua de sentir cañón, y simples marionetas de la impaciencia y tedio. --- Como una solución atemperada, bajo al menjunje, dilucido nombrables, no soy sólo yo, Jaula para ardillas, buen cuento de la verdad, en este momento al menos, inducción y sello, solo sonar de noche, indiscriminables reproches, es hora de la brisa por aljabas, como compensación del tedio o ciencia, me tiro un pedo ladeándome grosero, sonoro y eficaz como la espera, Moyano diluía insultos, siembra de espigas como Ruth, ya va saliendo el crimen.

Entonces, peligroso estallido, mero nombrar de golpes del no estaba, mero nombrar de los que se retiraron yá, mero nombrar de la impotencia -"dicen" no, temiendo ulteriores- rechazan todo lo que pueda o consiga la asistencia social, trabajo de rotulado, y los ves padeciendo reales, y la bata es un himen virgular, y la minucia de las esferas económicas gira en torno del contador/hora que vira, relojes a destiempo de la soledad, y minutas de oración por un alce que bufa, cervezas como la canción de un niñito al que Brahms una bolsita, ríe el niñito, ronco, salta, y la niñita es amargura y decepción, y cariacontecieron el paisaje. ---

15 de marzo de 2008

Contra-medalla resultante

La estructura corpuscular de tu tejido óseo, me regalan Pergolesi y tengo dientes, guitarras focalizadas de a dos y el enfático, mate sabroso como una diadema púber (linda la chica), como beberse la escritura o comienzos, me arremango contra occisos de menor calibre, sonoro el diapasón y turbias de tu sentido, como que el cómo de los dictámenes, calla el temita, a los que asisto como condón de envase, y el boca a boca, cuadro la regordeta que sonríe, ojitos que te indagan el sudor, titila la flecha, tiemblas por la rendija, armonías internacionales en el antro de nuestra digestión. --- Me espera la comida, desayuno gustoso a cuatro y cuarto de la siesta, termito calentón, termidoriano, cigarrillo ventoso, y todas las volutas, soñé con muchos psicoanálisis que me prendían en verbo, "sólo se sabe un texto", esa ironía distanciadora, limpié mi mouse de sus pelusas tensas, me parece que voy a leer poesía como quien se reencuentra con otra mujer, más deseable de a ratos.

Podría ir caminando hasta el centro, 25 cuadras soleaditas, para sentir el cuerpo en movimiento, tan pasivo, tan de la silla ahora, y el todo el retorcerme frente a libros valiosos que exigen sacrificio, tomar mate/reconstituyentes de la sal, quizá me instale frente al tele a ver algún canal berreta o bueno, Marga da; flauta traversa y guitarra, las dos histéricas, me vuelven un poco a ese Tiziano Tononi y sus muchachos homenajeando a John Coltrane, ¿lo homenajeaban, seguían la huella, es algo tan pueril como "homenajear" eso de internarse en otra música? Como músico, claro: no es admiración, es viaje adosado a viaje. Cuando tiene pilas.

Hoy bailaría. Padecería insomnio. Seguiría estudiando el tan ordenado Genette. Tomaría cerveza en algún antro negro. Corregiría, a ver qué puedo hacer, el poema que empezó a salir anoche. Decidiría publicarlo o no. Día más inmenso que una roca/Chateaubriand. Palabras como abalorios, cansa que hable tanto de este teclamen, ¿no? Taller de pensamiento pre-escritoril, utilidad nerviosa. Simple teclear, cariacontecido morbo...

--- Hay algo que traspasa la espera, hay algo luego de una pausa, una contra-medalla, un des-caparazón, reencuentro el sabor del humo estéril. Para rascarme elijo la mano, no tengo un árbol, cuerpo que pica, cuerpo que es propio, como no lo es ninguna manopla, allá lejos las piernas y los pies, y los ojos, que bien saben hacerlo, dan forma y número al color de la temperancia, un volver a bajar, no tanto nuestro muscular, la inercia y mesa están bailando, sino cierta frialdad cartesiana de ordenadas y abcisas.

Muy disfurtable la música.

13 de marzo de 2008

"apuntes de una carcoma o vida" (cf. "Suite del silencio", La Tosca Ediciones, 1995)

Nada más divertido que leer sobre filosofía de la ciencia a la vez que se escucha, auriculares mediante, The Mars Volta. Le comentaba a Mara que esos músicos, en su último disco, semejan, por momentos, Las Ardillitas pasadas de ácido. Tuve la suerte de que la susodicha me aprobara la comparación, y digo suerte, porque las más de las veces esta adolescente refunfuña un "hm" y, si no cambia de tema o se pone a "cantar" una canción por el messenger, queda, las más de las veces, en un silencio gravosamente elocuente. Guarda la tosca con las divas. (Un beso, che.)

Por otra parte, kurubeta informa graciosamente cómo, obnubilados por la atracción que seguramente les significa la contemplación de un cuerpo muy magullado que encima es violentamente martillado en el pecho, digo, la contemplación del sufrimiento, personas de un todavía poderoso Estado con representaciones en demasiados países han buscado dichas imágenes en la red (googlear, por ejemplo, "sadomasoquismo concreto", o "dolor posta posta") y han ido a parar a su reducto paraguayo global, muy ashlushlay (¿era así?) y desenfadado.

Quiero decir: me entretengo. Sentado frente al monitor, ya sea pispeando mi Google Reader (ese maldito prontuario grupal que se actualiza) o quitando de en medio el teclado y tomando unos mates que más parecen Las Invasiones Inglesas ("puro palo y agua caliente": la gran narradora dixit) sólo para tener cercana una compactera con su ficha hembra de 3,5 y dos discos (sin solución de continuidad, a no ser el cambio de cedé, pasé a Bill Evans), sentado frente al monitor, digo, la vida transcurrió algunas horas y todavía no morí; y encima no la pasé mal (en esas horas; no hablemos de partes del pasado).

Me prendo un pucho. --- En CNPT anímicas, pareciera que el mundo está bastante quieto, y que por aquí no pasa nada; mañana volverán Bardamu y sus videítos, amén de sus significativos textos, y me pondré micronésimamente existencial, esto es, por un ratito; y puede que, esta vez, ese ratito dure aunque sea un poco, un poquito más. Como una esperanza del desastre. Ahora por ahora, esta última frase está vacía.

11 de marzo de 2008

Función de orquesta, morbo...

Función de orquesta, morbo, operatoria, rebaja; signos a discutir, lenguaje inpuro, no pulcro, las galas y tornabodas de un escalafón que ardió gracias a una molotov desprejuiciada, música a dos voces, trompeta dulce. --- Tomo un buen mate, yerba Romance, y escucho a una cantante llamada Ani DiFranco, apropinguado a este disco doble desde hace años, escuchado y vuelto a escuchar, cada tanto, claro. Dicen que son interesantes sus letras, hasta "instructivas", pero, por ahora -por ahora odio el inglés, no será fácil-, me quedo con el lindo timbre de su voz juguetona, significativa en tonos.

Solo en la casa, respiro contra cualquiera de los impedimentos habituales, en mangas de una remera que ya manché con mate, torpeza original, escribo nuevamente ordenado, y veo que, caleidoscopio de lo pasado, nada interesante hay para que cuente. Tengo un monitor más grande desde hace poco, combinado con Magnolia, ya doñita. Tiempos del aparataje capitalista, intento tirar a la red palabras propias, quizá sólo por la necesidad de escribir, y busco no ser preocupado por nada más en el mundo; al momento de redactar este tipeo, digo.

Prefiero no tener plan de producción. --- Cuerpos que pasan, niponamente vestidos, ya en otoño, sonrisas que retroceden de timidez a picardía, o frunces y desvíos. Camino entre cuerpos jóvenes, y ese bello sector de pasto ahora verde, con riachuelo incluso, descanso al caminar por una sendita polvorosa. De noche se oyen como grabaciones de pájaros en uno de los edificios de la ciudad universitaria: alarma contra mosquitos. Me crujo el cuerpo sin mayor voluptuosidad, tecleo mudo estas palabras, no pobres pero débiles (mudo: para la poesía me es necesario leer en voz alta). Y sigue Ani DiFranco, guitarra acústica, y la imagino con un rodete sencillo, palito chino marrón oscuro, muescado, y una gran remera floja. Debe ser petisa, seguramente.

Boceto: despertar temprano

Me tomaría un mate, el agua, quiero música. Tomar el agua de los pozos, escribo monocorde, observo el termo rojo, respiro lentamente, azúcar, azúcar. Quizá diabetes anhelada, cebo el primero, recién me despertaba, sueño ligero. Googleo un nexo, encuentro un morbo completo, me decido, agenda de ocasión. Tom Wilkie, castellano neo-simpático, laberinto o vocabulario con siglas, ¿cuántas lecturas?, con referente chico, al parecer, aunque, todo pipetas y las reacciones, algo se cuece.

Canta una chica, auriculares negros, lucecita de la compactera, el mate no me asfixia, me prendería un pucho. Como todo panorama, altiplanicie, la escritura debe volver a comenzar. Mundo extensible en verbos, pregunto por mi célula capaz, espiante de las comadrejas, Gabino sabría de estas cosas. Pero él, allá, chapa y pintura, y una marca en el swing pobre de lo que escucho, mala máquina y voz filtrada y reorganizada. Todo, no me alejé del borde, a alguien le agradaba. Como una explosión lenta, continente uno a la deriva.

En fin, entrada mísera, simple estorbo o pase, nada la inspira, monedas girando en torno, pirámides del mate o ignorancia. Todo mal prospera como un sedimento en las encías.

9 de marzo de 2008

Idilio y convertible

Puro Hinojosa, Duero, la Marina Vergante seguía sopapeando sin compasión a choznos de su redil. Arracimados mal contra el aljibe, allí escupían por juntar burbujas. Hora de la novela, el Ángel se extasiaba, cantimplora, con todos esos desmanes, improperios, perdones: evanescentes, claro. La noche, fiebre.

La Marina, manga de sartenes, cosía y repasaba cualquier lienzo. Mearon pronto, se acurrucaron sin temor, se abrazaban. Día primero.

Aunque el paisaje desmadrara, el Ángel tomó el tren de las no pasar, saludaba. De pronto, vio Brazil. El mozo mondaba a la maja. Quitapenas del sentido, estorbo/espejo, el Ángel vomitó: pesada libra a la que se hubo arrimado. La galería no le concedía audiencia, pero le latió que mañana moriría.

Descuajeringado, entonces, se arrastró por patíbulos de ubicua. Pudiera playas de estaño, el bronce. Llegó la Marina, también él fue sopapeado, "callarás, ¡y olé!". Segundo día.

Y luego descansaron. Apenas respiraba, teucro. El baño fue desgaste.

Fue de ese modo que fundaron la semana en tríada. Hoy bien que se arrepienten, los paupérrimos.

(Boceto conceptual)

La inercia imagen porno, protuberante estación, andrajo ya colapsado atrás, me crujo el cuello. --- No es la importancia en el metal, lazo de silbo y pende, lo que menos prepondera: análisis de foto actuando, dolor cabeza, meditación frontera alcance; calor de bajo remera, pasa el peludo, se sienta frente a Dylan otra huevera, inglés que se me trabuca. Como una canción del no saber idioma, como un ignorante de planeta, como la distancia estorbo del no llegarás a puerto.

--- Así, la coherencia queda (momentáneamente quizás) imposibilitada. Muro de borde, impronunciables, me pegué un buen baño, aunque la torturancia, y más allá de lo mío también, y mucho más, persiste. Palabras desatadas como una sábana húmeda de más, golpes al morbo, incomprensibles los gestos de tu arroz, miradas.

Intento nuevamente la recompostura: asomo al borde, la ventana atrás, me siento la diadema baja, no te lo puedo. Lo dicho simplemente, fuerza el referente, golpea por entrar, y se decide, y cruje, y retrocede, mundano/abismo, el increíble, el malo, el morbo de lo no pronunciable. Como que como espantos. ---

Freud no escribió Matan a un joven. He aquí, una vez más, la impotencia, señalada hece mucho por Platón, de los papeles.

8 de marzo de 2008

Psicoterapia: inútil presentarse sin referencias

Historia del poroto, metafísica del mate: toso urgente por pos resaca capitalista agüero mal. Estado de tos lenta, gomosa, arrastrada, al mediodía. Que no expele el esputo tan deseado ni por asomo. Mi diapasón es leche, y de epsilón recuerdo el poema programado ejemplo. Pero todo tiene sus fuentes más remotas, más borradas para el recuerdo, más divertidamente reconfortantes. Todo lo demás es boga, sofisticada dama.

Lentitud de la escritura: fumo para olvidar, fumo para participar en disecciones, fumo de puro ocioso también. Los brillitos en la mirada prevalecen sobre cualquier metáfora virgen. La expansión, formulada taquigráficamente, denota contrariedad. --- Anoche nos contaban, querido Gabo, las leyendas/ajedrez, el rey y el sabio, bar de desechos tóxicos sonrientes, y no sabía verba. Claro: le llamaba más la idea que la forma. Y no me sorprendía. Sonreía comprensivo, colaboraba, pero seguramente olvidaré. Me rasco la piojera.

Tundido aturdidor, le nace el lince. Le nace paranoia. Supongo que me bañaré artero, contemplaré mi abdomen, pupo hundido, me reiré del alce, eterno contrincante y despelote, escucharé, nuevamente, música. Porque no fascina el modo, sino, ya lo dije, la disección. Frituras de mandioca: nacimiento de la erudición. Bautizaría indefinidamente, diciéndome poeta, y compraría toros. Toro/pespunte, hace calor. Toro/medianía, la imagen ISO, el sueño, el morbo, la disfunción, la verga enhiesta al despertar, y todas las escarapelas, esos millones de argentinitos leyendo Gregorio y yo. Como para no sorprenderse.

7 de marzo de 2008

Sintagma, función, suba de precios: róler, yerba.

La relectura necesaria. La re-capacitación. Emprendo un nuevo libro, ajena Turingia a este sitio, vaguedad del secreto (comencé a redactarlo). --- Supertramp tiene sus inhallables, el mate se lava. La blogósfera genera, en su lectura reiterada a sitios qué, omnipotencias y extravíos, hipnosis del centramiento localizado, a lo lupa. Pero los textos siguen. Hay una como comezón desorbitada en su monema, un mundo de promesas al lector, una fidelidad exigida. Y lo que se queda fuera: producto de todo señalamiento de garrocha.

Ítems, o la reluctancia. Imperativos aparte - (Imperio Argentina, sí). Las ganas de discutir pasan por la pispeada superficial y arrebatadora: comienzo. Si el potaje macera, repetirá. Como que lo que llamé "morbo" es la sospecha, perdida al infinito de la visión o captura, de la insustancialidad que me roza a golpes. --- The logical song: permite despertar del trance a la memoria. Despeje, ollita. Me rasco la pelada, se me contactan labio y bombilla, pienso en la fuga inmensa de capitales, minuciosamente asumida. La música entusiasma, copetín de alcance, virtuosismo objetable de la sensibilidad. Mañana beberé dos cervecitas, si es que nos encontramos con el irlandés. Y brindaremos, golpeando con el vaso la tabla. Y me olvidaré de toda esta pasión bobita, y las palabras serán fiesta posible, y me colgaré, de ir a aquel bar, en el baño de fantasmas por esa chica que me mira como a un maldito canosiento más.

--- Le suena el celular, respira el morbo. Indagación de la cogienda en tránsito de sable, David Viñas se puso a re-rotular fichas de estudiantes. Viejito simpaticón: Los dueños de la tierra es verdadero. Vale la pena de ser leído, sí, pero poco: iá está basta, iá, bien lo sabemos. Lujitos del exordio, arte para artistas, ¿qué quería el loco sublime, el de la risa contra cualquier importancia y el esto es serio? --- (Me lleve el chanfle: me emociono. Por lo que todavía puedo abrazar.

Así, la música básica del ido, los latidos personales, la donación de la máquina, todo esto es algo. Silencios y el infinito cuidado, asisto a la función y no me regocijo, sino que respeto. Ignorares delicados del tacto. --- Ítems que se caen a pedazos por culpa de la desesperación que conlleva la falta de guita, pará la olla iá, temita y pernoctar. Como que no se me agotó, aún no, la percepción.)

6 de marzo de 2008

Gemidos por lo dulce - boceto

Perversa cara de ojota, tolete el morbo, como que cruje el estampido en vientre, lazo de arroz, resuena el clásico dromedario, bestia a la par, risible pase. --- Pero no me desmerezque, decía el caso -venía repitiendo magentas y el turbio-, trueno y bayoneta del desubique, rampa contra la mampara o borde, el referente se pulveriza en agua de macetones galantes, desliza el torpe, cunde la mersa a su salita. --- Bombones de distancia, azúcar gris, café de la malevolencia, reptante fervor de tu deslumbre. Porque la hallancia es ortopedia feroz, ligamen desunido y laxo, braguitas de escolopendra y mil veneno, cacerola a renovar, la liendre. ---

Tomo mi mate, entonces, mente profana de los desapegos, acota. Quizá su equiparable sea el vino. Mojigato: trineo ubicuo, muere la discrepancia, la tribu come choripán vencido con pan del moho templario. Como que el mito es tremendismo barato, abaratable, y perspicaz como un galón. --- Claro, ni qué decir que se construye en ficción de esquivos, que Barataria es alce, que el tundido persistirá en la desmejora de cada petrolera que lo contrate con un pifie, que las plusvalías matadoras son otro atisbo de la mansedumbre.

Pernoctado. Ritma posible, el secreto. Cotidiano desdén. IKV: pollitos espantados por el uso. Rapto veloz, y cogienda.

En fin, ya ni corrijo, mando el chirle.

When I say stop...

Repiquetea el morbo, el vuelo ardido , y acaecida la distancia, escribanías al reproche, el buey herido sopapea medidamente el ritma de su desconsiderable, ayuno y soplo. Cortina ennegrecida (mi Kaaba) por esa chusma ingrata, cartero detenido, cae la Selecciones como un gong de madera helado "en tiempos de orfandad", paseo cavernarios, comienza aquella bata, platillo y la azucena, overall cansino de la foto o despierte al toque y la seguida, bien, ésa es mi data.

--- Así, lo que golpea es alce desunido, un texto ahíto ya de su forma, truco hallado y repetible, experimento con su cogitancia en ciernes, devanea el mozo junto a la mesa, poemas dedicados que no irrumpieron sino en la solapa del no vim, porque, de optar por la no melancolía -¡Jarry de escarapela!-, la terna excluye a O. Lamborghini, el padeciente que suspira cansino y vá, y redacta todo morbo quieto -acertijo y trasunto, la quietud-, que su problema es alce, por la psicología de la gracia, --- entonces, continúen.

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Imperio de la razón, Imperio Argentina, el revulsivo barato delimitó unas cuantas operaciones, a sabér. 1) El ritma exasperado depende de la sensación aledaña y bien ínsita. 2) La coherencia discursiva, obviable, se resuelve en relación al disfrute del instante de redacción: como una vertiente, hallarás cascaditas, pequeños meandros, pérdidas de arenisca, tantas modalidades, especulares a tu texto. 3) No es un dictamen sino un modo de ocupar el tiempo de un cedé o el de un termo. 4) La corrección, sí: pulido ornamental y mesura o tino, posibilita otros hallazgos (el que disfruta es el artista mediante el azar del que las formas van brotando). 5) Unidad de medida: "la" PC.

--- Me paso a Trilok Gurtu y Neneh Cherry, con el mismo bajo de papel laminado de la Música Sufí de Marruecos, decían una vez. Mate descabellado, el punto es otro. Como vino y pasó y ejerció el continue, veo que la pista de los remedos se cierne -cierzo ingrato- nuevamente. Ése es el tema: que excretar, ya quitada la serosidad molesta, pide seguir fluyendo, y el agotarse de los temas previos hace que uno se pregunte: ¿no era que iba a durar por siempre? Problema, pues, el de la repetición.

Por suerte doy lugar tanto al texto como a los escolios. El detalle sería conjugar los viejos paradigmas: hacer un Arlt/Joyce, por ejemplo, y sus anotaciones concomitantes, y ver qué pasa.--- Música/escarabajo, distingamos que la poesía no se define, para el lector, por el impulso que vivió el autor (lo desconoce), sino por la voz pública: lo señalable. Aunque, si lo semejante busca lo semejante, lo que encuentre le deparará el sensorio correspondiente. Cosa que ignoro.

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Prender un cigarrillo. El mal llamado texto caótico obedece al ritma, a ítems, a medidas y pequeñas desmesuras, y movimientos tísicos de gimnasia discursiva: como un deporte que se ejerce por intuición inteligible, pero cuyo sentido se cierra de no poseer más (por cierto tiempo, para siempre) dicho estado o clave.

5 de marzo de 2008

Regenerado tejido, comienza a bosquejarse el primer amague de captura (Apertura Española)

Tipeo de madrépora, resulta insulto mi colofón descamisado y suda, hirsuto en la remera, hilvana ahítos cuando ronca el plástico o la silla. El humeante coloidal yace, posado bien, suave trapecio en equilibrio, en denodado que limitó su fija. Productos de la Pascua, sueño lavado, ingurgito el sabor de lo medroso, pasa tu tiempo del no al reloj, sonido de la máquina a lo cojo, cuando descarga. --- Un disquito barato me alegró el ánimo de la tarde, lamía pedazos, no tengo el fume de que suena el despertador, partirá y también saluda, el optimista enteco, lavo tu pozo. El chupi de ganancias sin crisantemos a mano, "ardida la estación", toda pared es cierne de reproche del no va, sigue sumando. Suma copiosa de la liendre en morbo que ya dije, mi Explorador de Cierzos parece que ya no contamina. Así, trino risible pero hallado (el énfasis de Nietzsche en la cuestión de un uso limitado de los métodos), tonete de la sensación, lívido techo que se descascara, tiembla la morsa, buen bítel que enumera su fastidio, apelación IKV (ésa fue buena).

--- Uso del "de". Pareciera una paciencia alzada. Connotación de desgaste, recurso o ítem en la nomenclatura de la gramática-basta-yá, las experiencias de aquella antropóloga contra o menos acá del quiebre de la estructura, crujir el endecasílabo/Markoff. Sería investigancia, experimentancia, toda prosa concreta que lo hallare en práctica desmesurada al morbo de los nó, gemir estético. Sería extraño que un Blue Deep de los sonares lograra un hozo para mi jabalí. Yo, mientras tanto, opero.

La reluctancia medida, sopor de padecer, triunfa tanto la argamasa del DRAE (consúltese "reluctancia"); grano de mostaza tergiversado a bibliotecas, algo saldrá. Como un textito transparente. "¡Propiedad del servidor!", chilla el bonobo.

Por lo que es pronto, sorbo el mate. Temita de ocasión: la pandereta que revoltosa hiede, cuerito encurdelado, "noli me tangere". (Esa negrita azul...) Redundemos más -plusvalía de código- a partir del cortaplumas ubicuo de ese mono tremendo. Que no operancia en la opinión sino el sudado, el trasegado, la opción/morsa de cualquier sentido. --- Aclaremos: es una cascada; es un dromedario marchito; es el pelito dado vuelta ("qué gracioso": señal y estorbo, qué vachaché). El cuadro de la contemplación de estímulo: lección de anatomía. Palabra más, sopesada y usada por mor del desgastar, para que trine. Sólo un idioma, ahora. Sólo la reluctancia y nudo del arroz.

Por lo de mate estorba.

4 de marzo de 2008

"Tiene más cirugías que Niki Lauda": comparación popular

Recién fue despertar, Mario Pereyra activa, día a día, su gola ardiente, qué bocha más pulida, la sonrisa de su todo lo compro. Mi mate parece que anda tranqui, gustoso de escuchar, y mi cigarrillo se gasta. La cosa es que estornuda a lo loco, el otro, como un arranque expulsatorio, envión tremendo del me extraigo todo exclamando, y toso. Pasé el frío, frescor de seis y media, y me afectó, cuerpo presente. Librito de Jarry, prólogo causa eficiente, suena un Calamaro o más. --- Un problema es cuando creemos que tenemos las creencias ordenadas, discursivitas, eslabonadas al ritmo de impulsos decaídos. No es error, pero cae en disciplina o práctica o hábito. Un hábito limita el mundo, aunque también lo discierne. Dos hábitos presentan desmejoras cuando comienza la confusión (cuestión de método). Tres hábitos ya es voluptuosidad.

Huevos de Pascua lustrosos, presencia del aceite. Me cruje levemente el hambre, cuerpo oxidando su vejez establecida yá. Versión "Violeta" en algo como brasileño: crece la cantidad, crecía la milonga de sudables. Mi cuello es trenza de lo no proscripto: decreto intermediario de soportar, toso, qué bueno el diálogo de Peter Handke, orate/orante, y el chico se perdió. Encanutado y morbo, neutrino el andamio, la gran narradora se afana en la reconstrucción de lo que ya se fue. Me cruje el hambre.

Hoy, por lo menos, visita más el yo: vago de rostro. Permeabilidad extrañada; caso contrario, me ahogo. Cumple Jorge Rojas: coetáneo meloso, rastro de rebenques exhaustos.

Así, no encuentra el tono, Calibán, se dedica al estigma de ser villano. La protuberancia o pupo de ayer, si viaje en colectivo, me tiraba. Viaje/inmersión por partida doble: no chocamos, claro, y las iniciativas. Por lo menos estaba amable, por horas. Le pegó el padecimiento, la reluctanciua de perder. Mejor: se hacía gravoso. --- Me sumerjo en el paisaje de la comunicación, andamos bien de humor. Los animados. Exultar (Sturmtruppen, Bonvi) que propala un tango improvisado. Champú automático.

Néstor Sánchez atendía a la música, miraba cosas de la bata, pero me agobiaba su lectura, prosa graciosa. Violín chillón y dulce, "tango querido", tanguito, tono mayor. No se le entiende el morbo, claro. La reluctancia de haber practicado lo que se pierde, de rememorar casino o buey -olor a viejo-, me miraba con su boina, buen dato, cuestión de escalones desde donde se intercambian las informaciones, apologías, rechazos.

Me cruje el morbo; trova de la decrepitud, el mate es como medida de quien murió. Un cable informe, axón de la memoria, chisporroteo en la compu, sigo escribiendo. Lo que es la mentira. Filofalsía y goce, la estructurancia sintagmática te jiede. Porque discurso eslabonado tiene falsa transparencia. Cuenta Zuliani, guasito de la chetura macerada, que la gente nace creyendo que el Estado es tal o cual otra cosa, mensaje propaladado y el teléfono. Lo prolijo dice barbaridades análogas. Ésa es la risa. Prolijidad del discurso, espíritu de letra, deneguémoslo, puesto que propio. Tal es el tema, ahora. --- Molesto, leer. Cristalizado. Lectura resbaladora. Roer el hueso, el Medieval. Sí, verdad decía.

3 de marzo de 2008

Soliloquio escuchando, ahora, Los Carabajal

Tundida su caripela, tomitos y devaneos, arde el trabajo, desperezo el mate de adueñarme de la vagancia, todo mediodía. --- 4º LP, con su mensajito tan agradable, la niña me pelea. Sonido bajo, puesto que durmientes: la querencia exige trato. Pero ella agrede, magnificación de su -estéril por ahora- voluntad a toda costa. Mi mate desova, un emigrante, lazos de toda laxitud, la exigencia es pulsión de los hastíos, entonces, ¿por qué no tipear? Así, el olor a chivo, y el baño que me prometí, y leer, y repasar anoche a Gyula Kosice, personajón sonreídamente llamativo, lo vi en Canal(á), todo delirio y rapto cientificista bien. Traerme mi manual de psiquiatría -endecasílabo-: libro gordo, a lo Petete, y divertido. Aparte, eso de ampliar, por mor de lo risible, el vocabulario, las palabritas esas, tan simpáticas -"divalproato de sodio", "metástasis", y la vieja y rechoncha "obesidad"-, y el enigma o corte.

Quitado el referente o necedad, el Ars Combinatoria es imposible por inútil, dado que se te haría infinito en lo concreto: andá nomás a desplegarlo, temita aburridor de ejecutrase que hubiere de ser dicho estirón. ¿Qué idea, entonces, de cerrado del texto? Babosas interfiriendo la escriturancia: inconducentes mal, puesto que se sigue escribiendo. Podría, por caso, maquillar paredes, como la niña, pero escribo: holgar sentidos. Podría internarme en lo yúpi, pero escribo: camiseta sudada, y sarna. Soñada voluptuosidad, la mía, trasladada a la duración, ejerzo mejillones.

¿Y qué es la sarna? Pessoa figurable, su más notable heterónimo, sarna sería la metáfora. Pasemos de lo que carece de pastosidad, se me azuleja el morbo, y quedan titidifusos, más allá de teleologías generalizadoras, mala envergadura. De todos los tratados de moral escojo siempre uno más: poco refrendables. --- Un tal Bardamu, el caso, escribe sobre una matanza. Cuántos lo leerán. Cuántos se habrán enterado. Pero anotemos: "la matanza", la cotidiana, la real y verídico-verdadera, y ésa es lejos, pútrida, abstracta. Y me ofrecen un sánguche, admirados esos carteles, como los "sandia", los "hago pozos a domicilio". Así, este retorno del referente.

Una vuelta, hubo de un saque 102 menos, un par de bombas humanas. Y hace poco, este otro caso. Así, de un saque: quita de cantidad, para los noticieros, claro. Lo que no se percibe nos vuelca hacia la lividez. No dotado de forma o concebibilidad.

De todos modos, pasa la niña, me insulta. Ya cuatro años, y resentida mal. Educación del ejemplo. Censura obligada. La mala leche. Bardamu, la desconfiguración, la exigencia; un texto calígine, indicativo. Lo incomprensible, lo inhallable: cuando te lleve la furia o el cálculo. Asqueaditos de toda "insania" (Spinetta) , me prendo un pucho -la referencia, es claro-. Límites de la literatura, y de cada público, toscos, reconcentradísimos. La barbarie esgrimida a lo confuso se nota más. Difícil, o molesto, el lenguaje preciso. Lo desatinado es morbo, ejemplo del me pierdo, del me caigo. Indaguemos un poquito.

Puesto que practico la escriturancia, dialéctica de avanzar, el mate más pernocta y luego inquiere. Pero: los que esto leen, tolitas, los que se asustan, el extrañamiento, los que ni pueden, ese maldito byte foráneo, etcétera. Un chingolo me decía de sus propósitos de guerra. Lo eché de un chirlo (Arlt). Texto solapado, el interés es la pronunciación más que la mudanza. Sonido/jeroglífico, témpera diluible en acceso o furia de acordeón entrañable, continente en bolas, y los que lo descuartizan localmente, representantes de Lo Impersonal. ¿Tenemos referente? Producto al menos de una enunciación más. Morbo incluido, porque disfruta al exasperarse. Ya el heterónimo por antonomasia, bueno, conservador al mango, el despectivo es problema. Menosprecio del susto gustado.

Por el argumento de la naranja partida en dos.

Era notable.

Y el bardo ubicuo, discurseadito, y la sensación de cansancio: vivir, así tan luego, el morbo. Erística del morbo. "El grito de los perdedores." (Gieco.) Lo mal hablado. (¿Y saben qué, pulir todo este escrito?) El ocio inquieto: te tiritás de lazos, te desenfrenás con los tips, y luego te cariacontecés de lo que hallabas: pasatista. La coherencia y el referente, extrañados, imposibles, jodedores, presión omnívora de larvas. Y la patota de los normales. Pasa la niña, gritando. Mi mate agita suavecito.

Así, no apunto. Es un apunte, por lo pronto. Bien que punible. La coherencia. Blando sopor de espalda, me acuerdo de poemas. Como que cruje el morbo. Inteligible. Por caso: la música.

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PS: la niña ahora me cuenta de su novio. Se me hizo amiga.

2 de marzo de 2008

Cacuy: el tonito es efectivo para muchos

Su condición y estado natural es el habla. Brilla en el sí, pero como quien columpia, intermitente, en tramos de la discusión, su ahora. -- Fumo, suena la radio, la insistencia crece, no exabrupto, sino continuo de no mejorar. Rayo de ser, rayo de condición y recitado de un mito en radio, la radio popular de lo patriótico, que no podré cambiar.

Así, yo permanezco, indiferente, en condición y estado de abotargue: soñé con cuerpos, soñé con el tacto, amanecí en erección, y no volví a conciliar opuestos. Experimento la cadencia o mi torpor, ¡la percepción de lazos!, y sueño con los teclados del desastre y la podrida herida. Como que el timo, atroz, es comenzar a ver, ya desde lejos, ratas, ojotas, bravatas, rotas marionetas. "Anotación temprana y su resumen": fija mirada en bronce de lo intentado yá, de lo pronunciado yá, miro tu póster, abdico.

Que me hablan del cacuy, música como minusvalía. Guitarra en fondo, preparado mate. Romance permanece, la insignia no feliz penetra a la proximidad del fósforo. Como Ars Combinatoria, el lenguaje, aquí, diluye su referente, para ejercer, como vejado, esta sintaxis y cierto vocabulario. Amoratado y dulce, Tiro y diademas.

Supongo que mi pucho es cornucopia: pica el bagre, se aliena el elemento, tomo tu disco o plexo sublunar, todo lo de la anotación escarba liendres y gargajos, y se corrompe. Lo neutro es alce, signo en bronce; repetición del comienzo de mí como sujeto, mito pensado que se propalarará contra el morbo, correctura chueca de los galanos mil, pasado de mujeres. (Leer Nis Dadeip, dado ese link, perlado y resentido el nadir menos exangüe, el más mudo. Cuerpo caduco y caído en trance de feroz daguita.)

1 de marzo de 2008

Vida/estirpe. De la infamia y su feliz.

Perverso cavernario polimorfo posa en flote, -- me interrumpen, linda conversa guaranga, y le doy bola en su ley. Si firmo o tu cristal, anotación explicable, exangüe, y musiquear protestón, itinerante. Como que sintoniza el tempo sin "el Dios [verdadero]"; como que es hoja de palmera para Perkins. Y necesita notas de cronómetro fruncido, toso, carraspeo malamente -signo/esputo a revisar-, inscripto y marejada de camaleón paupérrimo en los dos arrecifes hueros de su yá. La desmemorización, ubicuo trance, armonía de chirrido que chorrea, canturreo o ciernes de su arroz, la jerigonza de la cacodelia.

Fumo, pues, y avanzo, percudido por brisas de su arroz. Lo de las azucenas y ajolotes atristados, miro tu termo y bien, extraño mote. Porque de lo que recuerdo en volandas de su tablero, molécula y acercamiento en que devanamos hilvanes de avenida. Y rozo el pero: Perón indiscernible ayer nomás, y pasa enjuto, amonedado, yerto. Porque en ésa tu otra armonía, miro a Gyula Kosice, el libro: la modernidad, ahogada, triunfante. Como que se me imponen flores y avestruz-plumero.

Toso, luego decapito. Tomo mi mate/estirpe: columbario que se reduce a salas de nictálope incierto. Grato y disfraz, lo que columbramos perejil de adobe, el legrado, que no desmejoró. Como que nuestro Belgrano, tanto como la Villa y la placita de la Virgen -no digas: "la placita", a secas-, liendre, nos prepararon "yanga", o "ranga", o como sea -y sigue siendo-, ¿nos entendía bien, Señor Mondongo?: simpático, entrador, tomaba medidas, Tolas ardiendo. Lo que humillado por los nuestros más, me pregunto: ¿y tan hirsuto? Ya desmoralizado el alce, imploro copas, me contoneo en zoquetes de su lar.

(Para que tu presencia acate a nuestros capataces de abejas-pica, pica y diamantes que recuerdan, sabedores.)

Y el cigarrillo acaba. Y la medida es trompa requintada, horrendo chancro. Si no es el hablo, no se me aviene. Si no los percudidos, trance o fortuna de lo que enrostra ademanes, o fatuos o fallidos, en oropel insigne de atrapar. Porque corrige. Porque desprecia al alce, signo en confusa estirpe de protegidas. Lazo galano, estorba el escorbuto, "puerta madero", y escampa. Y cinamomo sin Ley. Y Sobre las odaliscas.

(Pasan los cacos que desde el atrio saludaran a los choreaditos.)

Acentos claramente

Lo que se desordena. No meditando, claro, el roce de este día. La desacumulación, mediante duración. A veces nos bañamos por pietismo. Sudor, animal muerto. Y qué suerte que el alce calle: ya estaba basta, ya. Porque su duración es el frontispicio de la lejanía, y no el arroz y siega de la respirancia.

Unas hamburguesas y una torta: la guasita se afanaba, preclara. Eruto, con lo que recuerdo aún más este cuerpo. Demandas de lo obligado: camión de la basura que estropicea la música de la corte de Carlos V, ronroneador. Se detiene, busca, recoge, silba y va. Y ayer, ¿por dónde andaban, que las bolsas jedieron tal y como no jedía la dentadura nueva escrita en La guerra del cerdo? Uso porteño, tilingo: jedor seco el de las bolsas, puestas bajo el sol y bajo nubes, jedor que es un acumular más bien quieto.

Lo que se desacumula no como purificación sino en aburrimiento. Tipeo lerdo lo sabido. Sopor, y truenos súbitos de un aroma; el qué: la casa/neo-hogar. Recuerdo a Lamborghini, Osvaldo, alguna viuda, y la proveedora. El relamido de las concesiones: el mate se ha lavado, y volví a charlar, hará unas seis horas, con testigos. Dos mujeres amaduradas más o menos, se desvivían en un "ayudar" de infierno y retención. Relamidas, ellas, así, y la ducha: les leo el desafuero, porque, más que caducar, anhelan hacia su muerte, presentida.

Y no me indigno. Sintaxis latina grata, Quevedo exorcizaba su última "rosa" por el desvelo de alardear; como que fue un asceta: Heráclito Cristiano, jedió seguido, en mente y cuelgue, y bien desesperó.

Pero qué les diré a esas dos bellavistenses, más bien villavistenses, que no rechacen ni descarten ya. Saben su vida: el orden contractual de cumplir mandato interno -y gracias, Kurupí-, reviso las diademas cancerígenas. Un ejercicio de escriturismo-escarbe, y bien que revisando herencias ya no cadenciosas, y descartando. La prosa, a más.

Fines del monologuema: esfuerzo el aprendiz en trance, y consiguiente ubicuidad del Go. Fluencias de herradura, me acomodo la espalda y sigo oyendo sones ya destemplados; como que de voz propia. Que bueno es escribir.