28 de marzo de 2010

Esas raras composiciones nuevas

Tengo muy abandonadas estas Anotaciones-... Nada que contar, nada que registrar. ¿Será que eso, al cabo, es la escritura: un actualizar la práctica rutinariamente, y lo que gusta -si es que lo hay- de uno va siempre deslizándose a pesar de esta sensación de esterilidad?

Sigo poniendo cosas en La lección... Está bien eso de decir "poner" (como incrustar), porque esos poemas, más que escritos, son fabricados, elaborados cada tanto, cuando la urgencia de escribir es irreflenable y, más allá de que salga algo ilegible o mero barullo (son muchas las veces en que esto sucede), se las fabrica y se las espeta (se las "pone") en el blog.

Para cambiar de tema, digamos que me he hecho descargador habitual de los discos que lista música del siglo XX (link acercado por Isaías Garde). Fui violinista de los ocho a los diecisiete. Por decirlo de algún modo, mis ochenta fueron sólo música clásica: no sólo porque la escuchaba, sino porque "había que" despreciar y denigrar toda otra música (léase "la música popular"). Elitista, era la época de transición entre los vinilos y los cassettes, y cada tanto me iba a Olocco y me agenciaba algo. Y poco había, y era costoso, de esos extraños compositores contemporáneos, por más que varios ya se hubieran muerto, los de 1900 en adelante.

Así que yo tenía mi preciado vinilo de Gidon Kremer tocando el concierto de Alban Berg, y supe amar esa suerte de sentida, dolorosa exasperación. Otro mundo. Pero, como dije, no había plata para comprar a lo loco, y además se conseguían muy pocas cosas de "lo nuevo".

Por más que haya dejado de tocar el violín, por más que haya descubierto y luego amado la música popular (pero: siempre estuvo ahí, de algún u otro modo, inevitable, y a fin de cuentas entrañable), quedó de todos modos esa nostalgia por oír la vanguardia erudita. Y ahora, gracias al cablemodem y demás, las tengo. Con el agregado de que ahora los títulos más bien sobreabundan.

Fumo. Escucho uno de los tres discos de obras orquestales que tengo de Ravel. Tres discos son una enormidad: ¿cuándo sabré esta música del mismo modo ('par coeur') en que sabía el concierto de Berg?

(Me acuerdo de repente de la Conferencia sobre nada de Cage, eso de creer que "se tiene" la música, y desconfío de mí mismo y de la mar en coche.)

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