el qué de queso: todo apabo vá. rumiamos perinolas de sentido, el morbo, Pepita La Medianera y Los Dingos Manumitidos. inmiscuidos los hicsos --rimita contumaz--, inmiscuidos los de los dólares pétreos, inmiscuidos hasta los cuisines. rompe el ordeñe de la dejadez en trance, que no, que suspendamos (por ahora) el cuelgue, garita de los gatos del arrebato cras, y los aherrojados veinte del bus a las galeras qué. mas viene Don Quixote y echa moco, y el de las afrentas traca que matraca se retuerce el moñito mercaderil: y arroz y sinfonía, ¿vesanía?. cuequita del ordeñe y ristra infinitesimal, vulpejearás la mina, andá a saber qué hubiera de haber sido la menarca, pero qué estado más rebeldón, el lenguaraz occiso por las dudas, aquella duda medoña demonizada antaño: de lo de aquello que hay que ver. la catedral, purito sonajero, apunta un entrevero mediante un singular acordeoncito para las seis cuerdas, y eso que al ver verás que todo es morbo, si mal se mira. apunte al toque, correctura, niño veloz y parco. corre, ve y descose, a cada uno de los Buitres revoloteros, el vil fondillo de su pensamiento, y ahí sí que se balanceará el puente o fulcro de estación. por si las lluvias.
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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.