Maurice Blanchot |
Lo que pasa es que la Academia sigue leyendo a los mismos ensayistas, pareciera. Y de ahí van a los libros: no son de aventurarse sin garantías o guías, sin parámetros. Pareciera. Digo, porque ésa es la bronca desde la que podría hablar, yo, que estoy fuera de la Academia y no conozco, ni de lejos, los verdaderos dimes ni diretes de sus meandros. Broncas ideales, sin interlocutor concreto, sino fantasmático.
Fumo. Siento un sudor leve en los hombros, donde pareciera que está pesando ahora todo el fragor de esta noche de verano. Me meso el cabello, como nueva inflexión, como una cuenta más de este "rito" un poco llevado a la bartola, aunque con pilas. Pienso estos días (y de antes de lo de Blanchot) en pensar, por escrito, los libros, las lecturas, y me veo sometido a un doble movimiento, que a veces me hace decir "sería trabajoso pero fructífero" y a veces "no soy para eso". Nueva disciplina a imponerme, me fatigo de antemano y renuncio. Todo, me digo, tendría que pasar en el silencio, la emoción tranquila, de la lectura.
Recibí a unas Testigos y les declaré sin ambages (quiero decir: algo agresivo; algo presuntuoso) mi ateísmo sin vuelta atrás. Quizá no vengan más, quizá pase un año o dos antes de su regreso. Esperemos. Con todo, me di el gusto de declararles que no creía que en una revistita de 16 pp. estuviera contenido el propósito de la vida; lástima que no les haya hecho saber de mis reparos a la existencia, que tranquilizadoramente dan por sentada, de dicho propósito.
Escucho, desde la calle, un como cercano masticar zanahoria. Qué habrá sido. Por lo pronto, tengo la felicidad de saber -gracias, Ñ- que en Santa Fe (Rosario, pongamos) editaron un creo que poemas reunidos de Inchauspe. No está en El Espejo, me aclararon hoy por teléfono. Recuerdo cuando conocí unos pocos poemas suyos, en el Diario de poesía: qué sorpresa, que estupefacción grata, qué regalo. De lo que recuerdo: poesía verdadera.
Se aleja una moto por la Agustín Garzón. Prendo un pucho (y van tres en lo que va del 'post'), y por momentos repito los fideos tirabuzón con manteca y queso rallado de la cena. Morfamos con Sergito y el Gabo, escuchando un Charly 'unplugged', acordándonos (Sergito no) de la Epumer (pronúnciese "Epúmer"; puede que hasta se acierte), con Coca y con Paso de los Toros y con hielitos, crítica veloz. Sergito nos hizo conocer un tema en el que el cantante, que, según la letra, no ama precisamente bañarse, declara con decisión que si se baña se traba (o rompe, no recuerdo) el caño. "Escenas de la vida posmoderna."
Silencio, entonces. Calor agobiante. Todavía no es hora de dormir. Todavía queda el desesperarse, el afanarse, el fracasar. Sólo después vendrá el desmayo, tan querido: la nada de varias horas, más conocida como reposo.
¡Tus noches, tus largas noches de noctámbulo, de lector y poeta! Este blog es una especie de cristal a través del cual observarte, conocer tus escenarios, sus sonidos y hasta algunos de tus pensamientos... Es un compendio de palabras que reconstruyen tu vida, una especie de bitácora que no sólo informa sino que también entretiene (y aquí me viene a la mente cuando me dijiste que querías imprimirle un tonito cordobés...)
ResponderBorrarCambiando de tema, ¡hace cuánto que no te encuentro en el msn! Estas noches me estuve conectando de a ratitos a ver si me veías (porque yo sigo sin verte) pero sólo silencio y más silencio... ¿Es el retorno de la inspiración, el cansancio abrasador o la mera distracción? En fin, pronto volveremos a conversar y, mientras tanto, te sigo por acá.
Un beso
Hola, amable señorita y lectora de mis cosas. Qué placer, mejor, qué alegría que me dejés estos mensajes, que dicen cosas pero que también están teñidos de tu personalidad...
ResponderBorrarÚltimamente me concentro mucho en leer algunas cosas; digamos que no me fijo cada media hora en el messenger a ver quién está. Pero claro que tengo ganas de volver a las conversaciones de antes, las de matar libélulas e ir a comprar cigarrillos.
Prometo estar más atento estos próximos días (quiero decir, noches). Pensar que tuve apagada la compu entre las tres y media y las cinco, y que ya estarás descansando...
Besos desde Qusarat.