23 de noviembre de 2007

Pésimo novelista, Sasturain. Pésima escritura, pésima historia. Pero efectiva, si lo que uno pretende es sentarse a pasar el rato como quien mira algo más o menos decente en la tele (a veces uno se puede convencer de que lo hay).

Encargué el domingo pasado La lucha continúa, que venía con el Página. A los dos o tres días se dio que el quiosco recibiera el libro, me lo llevara a casa. Parece que luego de este tomo (se "agradecen" las 347 páginas) vienen otros 5. Es una buena alternativa para cuando textos mejores pero más indigestos se te resbalan de las manos por hastío. Lectura liviana, lechuga obviamente frugal, dieta mortal para la propia escritura si abusás de ella -dicen las abuelas-.

Me quedo con Feinmann, más ambicioso, también propalado, antes, por el mismo diario. Lo que Feinmann tiene, claro, es que es menos querido que Sasturain y, así, de pronto disfrutás de que sea, al menos, más polémico. Y cómo significar que mi gusto elige sin dudar textos más exigentes que la media si del otro lado no hay ya previamente un idéntico gusto. Aunque, como ya dije, a veces la tele venga mejor, como una cerveza encontrada de casualidad en la heladera cuando ya Bartok te secaba. En fin.

1 comentario:

Micrófono abierto a las voces del alma de turno.