9 de septiembre de 2007

Va a comenzar, en unos días, la primavera, acá en Córdoba. Pero, para mi pesar, pasé los últimos dos o tres días con un principio de gripe. Qué mala pata, yo, que no la sufría desde hace años. Todavía un poquito débil, no dejo, no obstante, de fumar. Acá en el cýber lo permiten y, con una pepsi, me dedico a escribir algunas cosas olvidables, para mí sobre todo.

Olvidables porque la escritura de un blog es muy pocas veces para mí algo que signifique "literatura". No tiene nada de solemnidad -mal que aqueja a la mayor parte de la escritura artística-. Es, más bien, un comienzo de comunicación, dándose, como se da, en el mundo de los blogs una lectura inmediata -y descartable- por parte de los ocasionales internautas. Más que mundo virtual, mundo volátil.

Un chiquito de piernas torcidas juega a mi derecha uno de mercenarios y terroristas. Las perspectivas generadas por el juego, pasillos y cajones de carga, y avanzar a la carrera mientras se dispara a lo loco: vaya a saber si, con una buena ortopedia, el chiquito este podrá en algún futuro correr como lo hacen sus dedos. Por lo pronto dice: "comprar armas, comprar municiones", y se lanza a la aventura, comentándole a otro: "¡le volé la cabeza!", por lo que es calurosamente felicitado. Al ser muerto, se levanta y ratito de la silla, y renguea.

La puerta con rejas me asoma a la luz de la calle. La Ildefonso Muñecas está pavimentada de hace rato, pero las otras no. La Ildefonso Muñecas tiene una ciclovía en su cantero central, y por allí se pasean, a toda hora pero sobre todo hoy, domingo, en vuelta de perro, los jóvenes y los viejos, viéndose, haciendo barrio. Yo, que soy de más allá, del Camino, un poco ajeno a esta fraternidad de verse todos los días, vengo y me voy, para escribir algunas cosas aquí, para leer mails, para ver otros blogs.

Después vendrán las horas de los libros; de Michel Tournier, a quien empiezo a amar; de Vargas Llosa, que cada vez más me parece un gil; de poner un disco u otro y, allí sí, poner cara seria y querer escribir.

1 comentario:

  1. Acabo de llegar de mi paseo dominical y me encuentro en la pantalla con el tuyo, Tamarit.

    Siempre es un placer leerte.

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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.