13 de septiembre de 2008

Irán crisol de razas

Fumo un CJ, tomo mate. Descalzo, practico un güiraldismo más, muy de entrecasa, como calculo que sería lo típico. Puccini no atruena, pero esta grabación histórica es de muy mala calidad: nunca una ecualización, o sí, y devastadora. Me crujo el morbo, dije, porque recién estoy como que queriendo darme cuenta de que me estoy despertando (¡date cuenta, 'manita!).

Anoche vi, en lo de un amigo y en youtube, danzas irlandesas tradicionales: impresionantes; las contrastamos con el malambo. Después, por curiosidad, pusimos "armenian dance" en el buscador de ese sitio, y pudimos escuchar una música muy rara, deliciosa y torturante: insidia en el deleite.

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Montura desenclavada contra las diversas remesas, colijo por podredumbre el alce, el claustro. Pintiparada estación, engarces de descompostura y tedio me sofrenan, teclado duro que el ánimo kalós capitaliza todavía. Brisa que tiende escarpaduras, tejo cansino que ya de antes presuponía estampas, razón y sierpe o quiste, valerosa y consuetudinaria unidad.

Me estorba el pútrido, vejámenes adustos que el ocelote esparce -el fiel, y harina y médanos- en tu costado y grisalla de alcanfor. Pasatismos/novela de la colina, mi lívida pulsión o botamangas de observar carroña, arroz la Presidente/ojeras, la de la voz estentorizante, saludan desde el atrio torvas comadrejas, ¡dije!, buscan huevitos, caricia la voluta, maíces del escorbuto en andas.

Música como precinto que visito sin cultrumes, evolución tardía y constatable, sol como esa medalla que no mellás ni a palos, guedeja que sostengo, posibles y retazos eslabonados entre escolios y campánulas de te rasqué, trava que calla en pose de aprendiz del desprecio, cervezas para que Armenia note que el alfanje no esquizofrénico escandió.

ENVÍO

Si mi canción, paloma, vomitó panes duros como enaguas de la alcancía, cuenta y modo darás del incómodo percance. Así podrás decir, por más que evacues dudas, que el fieltro de la escoba hace de peluquín rigoló de las losas. Extraña función, ese tu F1, de desengañar caprichos.

1 comentario:

Micrófono abierto a las voces del alma de turno.