5 de enero de 2011

Pensar no cuesta nada; pero es de difícil...

Leí mucho, estos días. Poesía, narrativa, ensayo: horas pasadas frente a las páginas de diversos libros, y una serenidad y disfrute que agradezco. Escucho ahora Roots & Sprouts, y fumo mi buen Philip Morris, en una madrugada en que ha llovido y en la que he callado, atento, expectante: lector.

Estaba buscando, esta tarde, después de bañarme, un calzoncillo para ponerme (y no encontré: recauchuté el de ayer, un poco sucio ya, rotoso) cuando, hurgando entre la ropa que no uso y que sin embargo no termino de desechar, encontré un librito que creía perdido: Cheetah, de Emiliano Bustos (El Suri Porfiado Ediciones, 2007). Cuántas veces lo hinché al Ger preguntándole si por casualidad no lo tenía él; cuánto me devané los sesos pensando en a quién más podía habérselo prestado. Y ahí estaba: amarillo, flaquito, lindo, invitando a la relectura.

La acompañé con una cerveza. Los poemas de este librito me atraen de modo especial: se me escapa el sentido de varias frases, y sin embargo lo sé ahí, latente, oculto en un lenguaje que es para mí renovador, joven, desprejuiciado. Tan desprejuiciado es que se la pasa todo el tiempo inventando (¿proponiendo?) formas distintas de hablar de las cosas, de las acciones, de las relaciones.

Mientras estaba acostado, recién, antes de venirme a escribir, fumando y escuchando el comienzo del disco (y pensando, y sufriendo de a ratos, ligeramente, por ese pensar sin solución de continuidad: sin conclusiones liberadoras, digamos), se me ocurrió evaluar lo que de poesía de los '90 he leído: poemas que parecen no apoyarse en muchas lecturas que digamos de lo clásico, poemas que se escriben sin, al parecer, leer lo viejo. Digo: como que lo viejo no tendría que contar. Relevamiento de cosas y vivencias actuales y cotidianas, y ningún suspiro hondo; lejos está Rilke, lejos está la profundidad del espíritu (sí, sí, ya sé...). Como si estos poetas hubieran decidido que ya no les quedaba otra cosa que hacer más que escarbar, sin cansarse demasiado tampoco, algunas pocas superficies (la calle, la tele, el rock) sin mayor lucimiento ni afán de elevación. (Estoy caricaturizando, me atajo.)

O, volviéndome a otros poetas, que vienen de antes (Oteriño; Padeletti; Godino; el mismo Giannuzzi, ya de no ser), es como si la escena contemporánea de la "novísima" poesía argentina (esto es: la porteña) se atuviera a moverse sin demasiado buceo, sin demasiadas búsquedas, a no ser la de una mínima indagación por el sentido (desencantada, por otra parte, aunque no sé si muy desengañada que digamos) en plena postmodernidad.

Me engaño, seguramente. O estamos frente a un empobrecimiento bastante brutal de la poesía. Una ascesis, quizás, o un puente hacia otra cosa, o un trabajo sucio del que, hoy por hoy, no se pudiera prescindir. - Anteayer releía Poemas - antología, de Girri (CEAL, 1982), y me quedaba pasmado por la altísima calidad de esas líneas, calidad que se mantenía a lo largo de las páginas. Algo hiperculto, algo a lo que pronto no tendremos acceso, se me ocurría pensar. Y de Girri no ha pasado tanto...

No sé si relacionar estos asuntos con la última dictadura. Diezmada fue, entre otras cosas, la cultura, sí, pero ¿todavía no nos reponemos? ¿Esta poesía nace de una realidad irremediablemente dañada? ¿Pasa por eso, aunque más no sea en parte, el estado de la poesía argentina actual?

Si es así, bienvenida la poesía chata, la poesía ramplona, la poesía de lo que quedó: porque la loca le sigue buscando la vuelta "a la cosa". Leer, escribir: algo que se da sólo empleando mucho tiempo en ello -toda la vida, quizá-, generando humus, propiciando al menos un poquitín de lucidez.

(Termino de escribir lo anterior, y la verdad no me lo creo mucho. Como si hubiera necesitado pensar, o hablar, en voz alta. Y el pensamiento fácilmente se va a la mierda, desvaría, sueña. Suena ahora The Sultan's Picnic: los músicos siguen tocando, danzando, hipnotizando, y me traen de vuelta a la pieza, al foquito, que ilumina ciegamente, a la sombra, en la pared, de mi cabeza rapada a la 3, al módem. Anoto: urgente concertar Reunión Cumbre con Alejandro.)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Micrófono abierto a las voces del alma de turno.