15 de octubre de 2008

Para acabar de una vez por todas con el sexo

Intoxicados, disco grabado, ignoro el título. Un buen amigo toca una de esas canciones, mera criolla guitarra, y bien. Felisa, "repatingada" -le escribía a otro- en mi silla de leer, la más cómoda, la noble, la heredada. Corta se quedó la biblioteca: libros diversos de puesía en una caja, y queda el resto, mucho, en lo de los viejos, 1000 ó 2000, amados y despreciados: yertos, ahora, sin lector/a.

Nublado cordobés, nublado de muchas tierras en este preciso instante -también cuando esto leas-, ignoro Singapur, qué allí se cuece, Raúl González Tuñón festejaría con cualquiera en Don Mario, Godino podaría sabiamente arbustos, Negroni y su libro cortongui de vaguedades redactadas, lo releo -ponele, $15-. Recibo mails ilegibles sobre gnu/linux, fumo mi buen CJ de casi que aumentó pero era verso, ayer mateé con el vecino, de ojos de muñeco de película de terror -algo 'hideux', verdaderamente-, gente de campo que capaba y que decía "alfa", dijo también "cambeé", y quiere ser chofer Córdoba - Río Cuarto, amistades conducen destinos, tiene que pasar el teórico, 200 preguntas muy cagadoras.

Miro los criollos caros, camino por La Quiaca y no por Villazón, tomo un té de coca porque andaba con diarrea -qué: para peor, muy chancha la cosa-, quena robada por un gurí, dedo en Termas, "que es la misma mierda que Santiago", Don Emita arrima el bochín y chupa gratis, tose descangalladamente un tipo, Miró con su masía de conejos, pan casero y levadura, llaves de Borges en un clavito bíblico, llegando a casa.

Y encima, Moris. Esto no es el trabajo. Tilingo y mamotreto de ocasión surtida, bata como confite que urde males continuamente, lenguaje o De la pesadilla meditada, guijas que estrecho para trazar alcanfores, comején y cisternas varias -famoso, el hontanar-, poner la pava al soplo hendido de las junturas mal del azafrán o devengaduras/Rosa, llamar teléfonos que son surtidores semaforizados de alcancía y demora, toda la conexión caída de tus tetas que se eclipsaron, lecheras y esquinadas, puro tambo y ternura, galpón al tedio, molécula malvada o teorema quiosquero que divide aguas -"al cabo de los años mil", la vieja Plaza España-, charco mayor (Agustín Garzón esquina Carlos Tejedor), mantenido así por meses y quizás el año en andas, pedregullo o velocirráptor que ingurgita medallones de caballa y lo precioso: la vereda.

Me acomodo la espalda, la tuerzo, la contorsiono, mancuerna o reggaetón que ondula contra la ictericia de peces al fondo del silencio, bailo un slam, lo medito contra cualquier "Cuadrangular de salvias", citita requerida, - el trabajo es, precisamente, eso. Salta el compact, dub o lo que lleva a querer más cerveza, más -¡gloria y honor, honra sin par a Fabiana Cantilo!-, recuerdo carantoñas vencidas contra el occipucio lamido y gargajeado de tu concha, afamado morir, desgrano cuerdas como teclámenes baratos que nada ligan, batracio sostenido en sostenutos de mucho lam a rem y vuelve, pasando por el mim correspondiente y obligado -es a la fuerza-, y toda la masa vapulea un trapo o negro patas chorreadas, lenteja o mazamorra, capaz que arroz, y el delicioso enchalecado que Facundo practicara.

Titularlo, por ejemplo, "Esto no es un moco", pavadita a querer digitar. Slam como cariátide o sirte o médano, parapetado a tu espalda, tiro lento el humo y a borrachear, sentina o la caverna en la que el ídolo estampó manos varias, variado colorinche, bailo la vincha o De los formulismos cariados del cuerpo como ondulación pobretona y rozagante, ojotas $6, mallita desfondada, canciones demasiado cortas para mi pasito enclenque o dedos.

Pero eso, ¿no? "Esto es Arte", ¿quién querría ser el de esgrimir tal conseja de vieja? Ahora, que un problema es qe no me sale el fin. La gracia de la escritura es "largamos" hasta que llega cierta sensación, que bien conocemos, de eso, fin. Algo que repetimos. Un vicio solitario (cita oculta). Pasa la noche a cococho, nueva rima a $0 (pero qué pedazo de ignominia visual...), pasa el bolsillito adusto, pasa la mariconería al puerto, ejemplo o vestimenta en blanco, gorrito resentido, robaba el guaso al yo que baja del bondi, ése fue el moco, y todo ante la minita que se lo regalara, y encima usado, risas y escampa.

Finalmente, miro la ventana. Felisa en la silla. Intoxicados ardiendo sus divertimentos. Nublado, y sigue. Pero qué feo saxo. Pero qué perra larga vida.

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