18 de septiembre de 2009

Provisorio

Morcilla desacomodable: cae del asador, olisca, desintegrable estrépito, fuma derecho un lienzo o pasamanos, microbacia constatación encuadre, avanza 'papirosn' con su tumor fecal, cruzo la pierna endegollado, morisquetas atrabiliarias, irremediablemente poxipol, pesadilla desprendida o muérdago contra cuerdas o ring de engarce, jueguitos Robespierre (esto es: Rabelais), molusco envenenado y apronte de jumes, zumo pérfido, remeras que te encandilan y a poco menos de diez centavos, luchita boba, coma como los endecasílabos de Diente Picado, agite mandamás, fulcro y fiel o sentina y falleba, falacia edulcorada a veces, mingitorio y escaparates, marioneta que perfora témpanos, y la obsidiana de turno.

El mate, bastante lavado. La colilla todavía humea. Chúker: para qué te quise. Cansancio zona lumbar, acota. Pero es el cuello. No es que haya habido tensión, stress, nada de esas zarandajas. Cuerpo panzón, esmirriado. Poca apetencia por el ejercicio. Límites de la elegancia. Uñas: cortarlas en casa. Basura que se despiporra, lapicera fundida. Como caer en la ilegibilidad. Torsiones luego de cada pausa. Nada que contar.

Prendo un cigarrillo. Aspiro. Soplo lento, sibarita. Cansancio. Deposito el cigarrillo en el cenicero. El equilibrio justo. Fidelidad a ciertas cosas que la memoria todavía alberga: fumar, amar.

Pedí cinco árabes y una botellita de Quilmes. Daban Tinelli. El de la gorra militar, sabandija, callaba, hablaba a nadie, callaba. Odiaba a los ingleses y a los norteamericanos. Y a los Testigos, que son norteamericanos. Cómo pudo darles su dirección. Él, que es alemán. Se acercaba al de la barra, para reclamar, deciso y débil. "Ya te echamos anoche", le decían. "Quedate en el molde", le decían.

El centro, a las once. Casa. Cansancio. Mate. Remedios. Leer. La nada. Escribir. Esto. Algo hay acá que no lo tienen los libros. Reflejo de un cuerpo entero, cuando no se divide al hablar. Mampostería que se cae, que sigue cayéndose. Llaves.

Minujín como anteojos ahumados, gorrito y luego peluca, algo de enloquecer, cafishos que no me pagan, risa de Piedra Limada, risa tierna, verijización en lo importuno, cadencia tétrica y silbada de una teoría a cachos, la verdolaga de la textificación erudita, Pacto de Olivos, un zeugma un esperpento una cañita, menjunjes adocenados.

Me gustaría publicar lo ilegible bajo el título de Rico Potaje. Libro nutrido. Porque no es ilegible. Es potaje. (Marketing.) - El canoso saludaba desde el Fiat. Hecho pelota, celeste, no arranca. Lo miran y lo ven, todos los días. El motor. Subía, hoy, el canoso, la cuesta. Y a su lado, en el asiento del copiloto, el hijo mogólico. Que no saludó. Tenemos, tampoco es tan así, súbitas conversaciones. El almacén. Se hace 14 pajas por día, según declara.

Hoy escritura hoy.

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