25 de septiembre de 2009

Amor tumor

Retortijón el ojo. Mandíbula batiente como persiana estampada contra los colofones finiquitados en desidia. Por qué contar, si nada pasa, si nunca pasará. Mate aspaviento de muchos oropeles desastrados o calenturienta en trance de agitar. Muñón y mingitorios que aducen escarabajos dorados al uso, colisión enteca la de traslucir estados, tipeo liso el signo de los vejámenes en cría, la mayor, la que se rescolda o gime bajo el aparato circulatorio de los estrépitos agitados. Qué otra actividad que la de escribir, la de decir, la de sostener: nada.

Cigarras de ocasión y ajuste de periplos, manoseaditos y el toisón, miniados crisantemos que por el estrecho o cruz llevan, miriápodos de la floresta, oxitracios cariacontecidos y volúmenes, mazos y mazos de reconcomer antenas, el "de" que no me permitís, marismas y bereberes disyuntor bakelita, el chancro, las estacas, el polímero deciso. Mate de espera que a nada llega: si no querés. Croquetas del desliz, bailo entre cuchillas de mazapán, riña y estafetitas de los expoliados, pasitos y el ordeñe, botellita de jerez que contra tus ojos macero, trompa y peripatéticos que se rebelan de tanto desdecir. Tus pecas, tu rostro tibio.

Ritma la recontra bata el ave que se aleja, caución herida, pasito Shrek que te pintara, la liza como jume, el idioma. Molido el muerto, regurgitada la oración, hubo desfalco. Apuestas luminosidad la poesía, la vaga le reclama por cuatro veces, insulto o paredón de occiso. Como que la colegiatura escracha, la muy maldita, donación de costas, circos entrecruzados como la nomenclatura de zaherir, y coima, el film. Pájaros, en fin, que desgranan a Mariposita, puperas y anteojeras, Non Palidece.

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