28 de febrero de 2008

Anotación al pasar: inútil no contraproducente, fin de la siesta

Tomo un mate excelente. No hay mejor yerba que la que estoy catando ahora. No será Ladina, pero es de buena procedencia. De ojotas, de remera Acertijo, de pantaloncito corto, beige, palidez.

Anoche -la noche duró hasta las ocho de la mañana- la pasé extrañadamente. No mal. Tuve que dormir hasta las dos -¡qué lindo lujo, el mío!-, y me desperté renovado, con cosas por hacer -anotarme en la facu, por ejemplo-, con comida preparada. Pero alargo los mates de mi desayuno, y escucho el Sanfona de Gismonti, y las nubes, que empiezan a agolparse lentamente, allá arriba, prometen frescura pre-otoñal.

Mi querida hermana me está dando lindas gambas desde el sur. Por fin dejamos de hablar meramente boludeces y nos ponemos en algo concreto. Da idea de serio, incluso.

Me prometo continuar con Libertad bajo palabra, o quizás con El espejo enterrado (mexicas, estamos), y por ahí poner alguna otra musiquita.

En fin: todo transcurre suave.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Micrófono abierto a las voces del alma de turno.