22 de junio de 2008

Y no estabas tù.

Frìo malvado. Cruzado de piernas, me doy cuenta de que la tortìcolis sòlo se va a aliviar durmiendo, durmiendo al menos un buen rato. La mùsica klezmer que escucho me hace pensar en no sè què pelìcula. Creo que en Bird. Cuando el gordo ahora famoso, que interpretaba a Charlie Parker, tocaba en una fiesta judìa. Si es que no recuerdo mal. Y de repente mandaba a la mierda las estrecheces y conveniencias laborales, y hacìa fusiòn. Pero, con este pensamiento, me voy de la mùsica. Como siempre: ¿cuàndo podrè estar sòlo oyendo, sòlo percibiendo? Estasis añorada (contra Bloom cuando èste estuvo contra Artaud).

No nevarà. Coloco un cigarrillo entre los labios, y escribo. Quizà despuès de lo de ahora me ponga a redactar un poema ininteligible, y legible y desechable: estamos en la red, y vamos viendo de què va a ir, de què va a seguir yendo la cosa, la de publicar on-line. "Fusil/espanto/gracia", lo que leemos es nuestro parpadeo, nuestro estertor, y lo que deseamos es no tener que descartar tan ràpidamente el sitio al que llegamos, no tener que bajar, ociosos, con las insufribles flechas de desplazamiento vertical -ya sabès còmo no es mi mouse-, cuando buscamos ese pàrrafo que anule la mala duraciòn, ese pàrrafo que haga que lo leamos.

Movimientos contrarios: voy a escribir, en El tren..., un poema en seguiciano, y quiero encontrar, a la vez, cosas que pueda apreciar, de los otros, desde los otros. Pero no me urge resolver contradicciones, hoy, o asì vengo escribiendo, aquì, en esta anotaciòn rùstica.

Lento en pronunciarme, tendrìa que ser. Y soltar palabras como buenas piedras, para nada falsas. Reales, sì, pero eso es un por lo pronto. No digo que tengan que evitar la superficialidad. Este texto es como un huevo y un desguace, y los pasos dados han sido, una vez màs, torpes o confusos. Y eso es mi estilo (uno de ellos, al menos). Y se cansa: Idea o Forma del texto, y colapsò.

Voy acabando un pucho. Termina un preludio al violìn y comienza la danza veloz, la breve, contundente. Doblecuerdas armadas, contenidas en el timbre que sale de los sucesivos, diestros intervalos. Sonido franco de las dos cuerdas centrales. Saber cansino, que compensarà, puede ser, la andadura. Pedazo de consuelo: no soy colega, pero bien que pertenezco a la aficiòn.

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