18 de junio de 2012

El equipito

telones de fondo 
Pongamos que escucho Mariah Carey. Pongamos que sé cómo se escribe su nombre. Pongamos que puedo googlearlo y verificar, "correctura" mediante, la grafía "exacta" de la minita en cuestión. Pongamos, en fin, que escucho radio. 

Me fijo en la "sintonía": 96.10 (una fm cordobesera, claro). Equipito de la Sil, que de hace años que vengo arrastrando. Pongamos que ahora canta un tipo (¿Rod Stewart?) cuya voz también ubico, y que me hace pensar en mi segunda novia. Pongamos que a la Mejoradora de Mates le sorprende, le disgusta y hasta le asquea (¡ALF!) el que yo no me ofusque ni mucho menos con el pop en general. Pongamos que aún no se da cuenta del todo de esa larga adolescencia en plan ¡sólo música clásica en europeo! permanente, sí, pero habiendo tenido de fondo un interminable propale de Phil Collins en cassettes odiosos mal. Pongamos que algo le diga el Spandau Ballet y, de yapa, como quien no quiere la cosa, Peluson of Milk, que fue debidamente expropiado. 

el peladito del helicóptero batero mal 
Debidamente expropiado a la hora de abrirse a la Facu. Había que proveer de musiquitas varias a la primera novia, y la vaga en cuestión confundió, anoten, Bártok (pongamos que googleo, etc.), ese concierto con celesta que le regalé, primer CD que compraba, ¡con música de dibujitos! ¡¡¡ALF!!! 

Habría habido que educarla hasta las heces finales... ¿Y qué pasó, a la postre?: terminé tocando quena en chacarereadas con pizza casera, cerveza/vino, cultrum obligatorio y proto Europa Europa de entrecasa (¡querido VHS!)... 

Extraña mezcolanza, la de esa Edad. De ahí parimos, finalmente, un rock y un tango. Todos Nosotros (como quien dice). 

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