Fumo. Pongo a hacerse un Radio Station en Grooveshark cargándolo con la consigna "King Crimson": veremos qué magias me aduce. Comienza, por lo pronto, con Yes. El mate está más bien lavado (lo abandoné hace un buen rato, cuando me fui a deslizarme silente entre las sábanas del sommier nuevo de la Mejoradora de Idems, junto a ella, cuerpo tibiecito), pero intentaré recauchutarlo. La noche está apacible. Son las 02:14 hs.: según Magnolia; según algún Fedora; según el Perro de Fuego (¿era así que se llamaba?).
Estoy de gambas peladas. Se me resiente (siento) la lastimadura en plena canilla izquierda, herida leve y más bien superficial que se me hizo al darle un patadonazo canilla, justamente, mal, en plena oscuridad, a la cabecera, bajita ella, de mi cama --madera, madera--, cuando, hace como dos días, sólo buscaba acostarme y alcanzar el sueño.
Insomnio, entonces. Pero insomnio llevado bien. Elevo el Porongo del Caballito que la Pareja Ejemplar me regalara el año pasado --mi último cumple--, y de la bombilla misionera bebo. Pienso en escribir un mail a una mujer que quizá se interese por mis textitos. Prendo un 43/70; fumo de él; lo dejo en equilibrio en el cenicero marrón. Cosas, cosas cercanas a mí, a mi mirada, a mis manos. Teclado, monitor.
(Pasa un patrullero. En un rato por ahí salga a comprar puchos. La paranoia realmente grotesca en medio de la cual padezco y vivo genera, de algún modo u otro, este texto. Dar cuenta de cierta escena: la del presente, -- la de la Duración: ¿qué busco al insistir en esta forma o género menor de anotaciones? Me crujo el morbo, fumo...)
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Imagen dentro de la imagen. Dada una pantalla a la que enfocamos con la mirada, quedará recortada la primera, seleccionada, y el resto prácticamente pasará a no ser percibido, fondo supuesto. (Fumo, escucho música.) La película que, por caso, se esté proyectando en un determinado monitor, contemplada por el neo-espectador, Home Theater individual. Una representación dentro de otra, entonces: elegimos concentrarnos, abstrayéndonos por un instante de "lo real", para vivenciar una determinada ficción o film. Foco/fondo. (Platón: "Alegoría de la Caverna".)
Pasar, de sernos posible, del foco al fondo y de éste a aquél, como que alternando: despreocupados. Ir lo más relajados posible de uno a otro. O no colgarse tanto con el foco, no concentrar la mirada: es una representación más.
Pero: "la representación dentro de la representación" puede estar dando cuenta, como en el caso de los documentales, de "lo real". Entonces.
Consideremos, me pongo a decir, qué es ver. Qué es percibir. ¿Con o sin cuerpo? Con. Entonces: determinados órganos corporales perciben un poco al menos de sí: puesto que puedo observar partes de mi cuerpo, y de hecho estoy viendo mis gambas, la derecha cruzada sobre la izquierda, y mis manos: piel. Eso, en cuanto a determinados objetos percibidos "a través" de mis ojos, y muy breve y bastamente (hablando mal y pronto).
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La cuestión, insisto, es con cuánta intensidad (mayor, menor) nos colgaremos con tal o cual objeto. Tenemos párpados, y a veces podemos distraernos sin más. No hay tercer ojo, ni ojo en la nuca. (Horacio Castillo dice, en un poema, que el cuerpo puede llenarse de ojos, ojos en cada pie, en la espalda, en la cintura. No puedo creerlo. Habría, por lo tanto, que experimentarlo, vivenciarlo, o renunciar a tener en cuenta dicha hipótesis.)
Último pucho. Labios prensiles, todavía no lo enciendo. -- Voici comment j'allume ma cigarette: tres me persiguen, pero una buena patada me la saca (la paranoia, digo), pobres guasitos mal, de en medio. Salir a comprar.
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