tienes un mejor lugar
quieres un mejor dormir
ya no tienes cuenta en el Sol
Mientras empiezo a escuchar el primer cd del doble de Spinetta y Los Socios, al frente el vecino y los amiguitos de siempre siguen el Boca-River de hoy. Vengo de leer algunos articulitos de una recopilación de Bayer, y nada me queda en la mente sino que la historia sigue siendo la misma de siempre. Sí: muchos datos, mucha precisión, mucha cita. Horror distribuido, el de la información, de un tono ecuánime que hace que el asunto empeore y al mismo tiempo se disfrace. Chico Buarque cantará siempre su canción-misiva.
Prendo un pucho. Recuerdo a Amigo: sus senos turgentes, su pelito corto, su voz chillona y suave a la vez, qué raro. Estuve en Buffis tres veces esta semana, y me colgué cada vez más. Resultado: nada pasará, cambiaré finalmente de bar, delirio de las mozas/Musas. Porque la cerveza es mejor así, en mesas de contemplar gente pasar, de fumar en mesitas al aire libre, de acomodarse al paso del tiempo nada, pasatismo tranquilo.
Mi amiga me confirmó que sus sospechas de que andaba sidótica las elaboró en un cuelgue de lectura en la red. Tendría, por las dudas, que hacerme un análisis, esperar el resultado, no volver a apasionarme en la cama. Fue una buena discusión: ella, contraatacando, y yo, dándome cuenta de su técnica, volvía a centrar la deriva de palabras enojadas e impotentes. Total, sería gracioso que por media noche de sexo drogón me encontrara siendo posmoderno total.
Termina una canción y escucho los gritos de al lado. Qué bueno no tener televisor. Aunque la primera Paula afirme que me quedé "fuera del sistema" (sic), sé que voy bien. Total, miro, cuando paso por lo de Piedra Limada, cada día más extrañado las emisiones, todo Tinelli, todo la fama de los 15 minutos y menos tiempo aún, todo la publicidad de lo que tenés que tener, llame yá. Total, las grandes cuestiones de la política y de la economía no se discuten por tele, y la cultura que por ahí pasan se clasifica en términos de entretenimiento.
Domingo sin escansión, pero es canción ("¿serás tú mi magnolia para siempre?"). Hace dos días se levantaron tremendas ráfagas de viento terroso. Yo estaba en la Alianza, y cuando, en la pausa, salí a fumar un pucho, vi en la calle pasar a gente que entrecerraba los ojos y se los refregaba, y a mí me tocó también.
La gente en la calle. En el centro camina muy rápido; en el barrio, paseándose. El centro es lugar de paso, de trabajo, de oficio. Sólo la noche trae otro andar: salen los chicos (salen las chicas), se visten para seducir, para calentar, para histeriquear, tienen su plata contada y saben lo que pueden y lo que no. Gran promesa vacía, la noche: y en ese vacío, en ese girar como mariposas hacia la luz, se condensa un sentido de todas estas épocas y sitios. Yirar de luz.
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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.