7 de noviembre de 2008

Plasma de cartón

Qué relajo la prosa. Poemas son esculturas, o esguinces, pero la prosa te permite desligar sonido de sentido. Prosas abigarradas, como un gran panorama frenético, también las hay, pero la prosa, cómo decirlo, es el desgane. Relajo es término de Carlos Fuentes, claro.

Escucho también la radio, esa Mitre, y son las una y media, como quien dice. Charlan sobre cosas de Mozart, pero al pasar. Escriturancia de terrateniente, de oligarca, reviso omnímodo otro soplo, y pienso en las pasturas.

La prosa, ahora, permite la distensión siesteril y pajuerana, calor de Córdoba tremendo y agobiante. Y eso que estamos a noviembre.

Me dejo conducir por una cantilena de arroz y liendre, y vuelven ellos. (Ellos: los conductores, los que se relajan, o que también crujen, y cuentan cosas.)

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