1 de noviembre de 2008

Pero es posible el ángel

Escarnio que en el disecarse se prolonga. La pieza de museo, rota, posa en la tarima giratoria. Mundo que cuelga morosamente, silencio de la sala de exposición por la que nadie se paseaba. Exposición, apenas sida: rescatada.

Escarnio almacenable, transferible, cuotas de escarnio. Rotulación que exige esporas. Diseminación de un viejo gesto, el selenita de sus subitáneos ejerce la significación, mal que mal ni que le pese a quién. Pese de los auto reproches, cantilena súper abusada.

Goce sin sueldo, este bandoneón y su armonía me reconducen al ángel de la onomástica. Pienso vacuno, pienso como perros que huelen perros: visitas a no alcanforar. Bombas intraemocionales, viraje armónico. "Cielo al revés": y se me eriza el vello.

(Horacio Castillo publica Tuerto Rey en 1982. Anoticiados silenciosos. Contra esa vulgar habla sobre la poesía. Caracterizando: la básica chabacanización de algo tremendo, descreídos. Poco respeto por la propia práctica.)

Mate que me medita. Primer lugar del mate, el termo; segundo, el paladar y no el buche. Ciclo del agua. :p

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