19 de julio de 2008

Clip que sobrevive

Instalada la gripe, triunfante de mi cuerpo, la influenza. Apenas puedo escuchar música -que percibo de un modo muy nítido, diáfano-, cada pequeño esfuerzo me lleva a retorcerme en el nudo de la tos, corcoveo seco y sonoro que me doblega. Tengo una sola temperatura justa, y cuando aminora vuelve la tentación -toser: colapsar-, vuelve el trabajoso cuidado de recuperarse.

No puedo ni tener ni un libro entre las manos: lo cual no es incómodo, tampoco. Así, las horas, esparcidas en nada poder hacer, en esperar; y la música, pura, colmada de dichas: secreta reunión.

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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.