17 de julio de 2008

Cuerpito tibio

"Siempre es noticia una historia de besos y desengaños." No puede tener tanto swing esa canción.

Fumo tranquilo. El de enfrente me pidió de calentar la pava. Le pregunto: "¿primer hervor, o la dejo hervir?". "¡No le hace!", me contestó, "¡es para desayuno!". Seguido al pie de la letra el tema, me desentendí de la muchacha.

Cuando me quise acordar, ya hervía. Salgo a avisarle, y justo estaba viniendo. Agradece, saluda a Felisa, "arisquita, ¿eh?", y me pregunta si la baño. Luciente, la vería. Le digo que es cuestión nomás de alimentarla y, apenas le notás el pelo choto, al veterinario.

Toso. Sigo engripado, enfermedad que agradezco: me sacó de la fiebre. Mi amigo de Barcelona, el músico, el sonidista, ¿en qué andará? Chacas y cuecas que hacíamos: quena y guitarra, y toda la parafernalia de sus equipos de audio. Pero desentonábamos. Difícil formar un grupo que ajuste.

Tranquila, la mañana. Nada de Giannuzzi: intenté leerlo, le dije "sí"; pero no es ése el libro que me vendría bien, ahora.

Me acuerdo de una película con Harvey K. Un policía corrupto y drogón. Recuerdo lo que le dice, pongamos, la amante, cuando se están drogando: "porque lo que buscamos es satisfacer nuestro deseo". O nuestro placer, buscar nuestra satisfacción, ya no recuerdo. En todo caso: algo así.

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