11 de marzo de 2008

Boceto: despertar temprano

Me tomaría un mate, el agua, quiero música. Tomar el agua de los pozos, escribo monocorde, observo el termo rojo, respiro lentamente, azúcar, azúcar. Quizá diabetes anhelada, cebo el primero, recién me despertaba, sueño ligero. Googleo un nexo, encuentro un morbo completo, me decido, agenda de ocasión. Tom Wilkie, castellano neo-simpático, laberinto o vocabulario con siglas, ¿cuántas lecturas?, con referente chico, al parecer, aunque, todo pipetas y las reacciones, algo se cuece.

Canta una chica, auriculares negros, lucecita de la compactera, el mate no me asfixia, me prendería un pucho. Como todo panorama, altiplanicie, la escritura debe volver a comenzar. Mundo extensible en verbos, pregunto por mi célula capaz, espiante de las comadrejas, Gabino sabría de estas cosas. Pero él, allá, chapa y pintura, y una marca en el swing pobre de lo que escucho, mala máquina y voz filtrada y reorganizada. Todo, no me alejé del borde, a alguien le agradaba. Como una explosión lenta, continente uno a la deriva.

En fin, entrada mísera, simple estorbo o pase, nada la inspira, monedas girando en torno, pirámides del mate o ignorancia. Todo mal prospera como un sedimento en las encías.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Micrófono abierto a las voces del alma de turno.