3 de marzo de 2008

Soliloquio escuchando, ahora, Los Carabajal

Tundida su caripela, tomitos y devaneos, arde el trabajo, desperezo el mate de adueñarme de la vagancia, todo mediodía. --- 4º LP, con su mensajito tan agradable, la niña me pelea. Sonido bajo, puesto que durmientes: la querencia exige trato. Pero ella agrede, magnificación de su -estéril por ahora- voluntad a toda costa. Mi mate desova, un emigrante, lazos de toda laxitud, la exigencia es pulsión de los hastíos, entonces, ¿por qué no tipear? Así, el olor a chivo, y el baño que me prometí, y leer, y repasar anoche a Gyula Kosice, personajón sonreídamente llamativo, lo vi en Canal(á), todo delirio y rapto cientificista bien. Traerme mi manual de psiquiatría -endecasílabo-: libro gordo, a lo Petete, y divertido. Aparte, eso de ampliar, por mor de lo risible, el vocabulario, las palabritas esas, tan simpáticas -"divalproato de sodio", "metástasis", y la vieja y rechoncha "obesidad"-, y el enigma o corte.

Quitado el referente o necedad, el Ars Combinatoria es imposible por inútil, dado que se te haría infinito en lo concreto: andá nomás a desplegarlo, temita aburridor de ejecutrase que hubiere de ser dicho estirón. ¿Qué idea, entonces, de cerrado del texto? Babosas interfiriendo la escriturancia: inconducentes mal, puesto que se sigue escribiendo. Podría, por caso, maquillar paredes, como la niña, pero escribo: holgar sentidos. Podría internarme en lo yúpi, pero escribo: camiseta sudada, y sarna. Soñada voluptuosidad, la mía, trasladada a la duración, ejerzo mejillones.

¿Y qué es la sarna? Pessoa figurable, su más notable heterónimo, sarna sería la metáfora. Pasemos de lo que carece de pastosidad, se me azuleja el morbo, y quedan titidifusos, más allá de teleologías generalizadoras, mala envergadura. De todos los tratados de moral escojo siempre uno más: poco refrendables. --- Un tal Bardamu, el caso, escribe sobre una matanza. Cuántos lo leerán. Cuántos se habrán enterado. Pero anotemos: "la matanza", la cotidiana, la real y verídico-verdadera, y ésa es lejos, pútrida, abstracta. Y me ofrecen un sánguche, admirados esos carteles, como los "sandia", los "hago pozos a domicilio". Así, este retorno del referente.

Una vuelta, hubo de un saque 102 menos, un par de bombas humanas. Y hace poco, este otro caso. Así, de un saque: quita de cantidad, para los noticieros, claro. Lo que no se percibe nos vuelca hacia la lividez. No dotado de forma o concebibilidad.

De todos modos, pasa la niña, me insulta. Ya cuatro años, y resentida mal. Educación del ejemplo. Censura obligada. La mala leche. Bardamu, la desconfiguración, la exigencia; un texto calígine, indicativo. Lo incomprensible, lo inhallable: cuando te lleve la furia o el cálculo. Asqueaditos de toda "insania" (Spinetta) , me prendo un pucho -la referencia, es claro-. Límites de la literatura, y de cada público, toscos, reconcentradísimos. La barbarie esgrimida a lo confuso se nota más. Difícil, o molesto, el lenguaje preciso. Lo desatinado es morbo, ejemplo del me pierdo, del me caigo. Indaguemos un poquito.

Puesto que practico la escriturancia, dialéctica de avanzar, el mate más pernocta y luego inquiere. Pero: los que esto leen, tolitas, los que se asustan, el extrañamiento, los que ni pueden, ese maldito byte foráneo, etcétera. Un chingolo me decía de sus propósitos de guerra. Lo eché de un chirlo (Arlt). Texto solapado, el interés es la pronunciación más que la mudanza. Sonido/jeroglífico, témpera diluible en acceso o furia de acordeón entrañable, continente en bolas, y los que lo descuartizan localmente, representantes de Lo Impersonal. ¿Tenemos referente? Producto al menos de una enunciación más. Morbo incluido, porque disfruta al exasperarse. Ya el heterónimo por antonomasia, bueno, conservador al mango, el despectivo es problema. Menosprecio del susto gustado.

Por el argumento de la naranja partida en dos.

Era notable.

Y el bardo ubicuo, discurseadito, y la sensación de cansancio: vivir, así tan luego, el morbo. Erística del morbo. "El grito de los perdedores." (Gieco.) Lo mal hablado. (¿Y saben qué, pulir todo este escrito?) El ocio inquieto: te tiritás de lazos, te desenfrenás con los tips, y luego te cariacontecés de lo que hallabas: pasatista. La coherencia y el referente, extrañados, imposibles, jodedores, presión omnívora de larvas. Y la patota de los normales. Pasa la niña, gritando. Mi mate agita suavecito.

Así, no apunto. Es un apunte, por lo pronto. Bien que punible. La coherencia. Blando sopor de espalda, me acuerdo de poemas. Como que cruje el morbo. Inteligible. Por caso: la música.

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PS: la niña ahora me cuenta de su novio. Se me hizo amiga.

1 comentario:

  1. Tamarit, chera'ato, yo sí leo al bardamu, hace komo dos años!...paso por aka y anuncio ke te dejo comentario a tu comentario y para agradecerte ke me hayass linkeado, ya retribuirè eso, ademas de ke tengo amigos cordobeses de décadas...un saludo

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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.