13 de marzo de 2008

"apuntes de una carcoma o vida" (cf. "Suite del silencio", La Tosca Ediciones, 1995)

Nada más divertido que leer sobre filosofía de la ciencia a la vez que se escucha, auriculares mediante, The Mars Volta. Le comentaba a Mara que esos músicos, en su último disco, semejan, por momentos, Las Ardillitas pasadas de ácido. Tuve la suerte de que la susodicha me aprobara la comparación, y digo suerte, porque las más de las veces esta adolescente refunfuña un "hm" y, si no cambia de tema o se pone a "cantar" una canción por el messenger, queda, las más de las veces, en un silencio gravosamente elocuente. Guarda la tosca con las divas. (Un beso, che.)

Por otra parte, kurubeta informa graciosamente cómo, obnubilados por la atracción que seguramente les significa la contemplación de un cuerpo muy magullado que encima es violentamente martillado en el pecho, digo, la contemplación del sufrimiento, personas de un todavía poderoso Estado con representaciones en demasiados países han buscado dichas imágenes en la red (googlear, por ejemplo, "sadomasoquismo concreto", o "dolor posta posta") y han ido a parar a su reducto paraguayo global, muy ashlushlay (¿era así?) y desenfadado.

Quiero decir: me entretengo. Sentado frente al monitor, ya sea pispeando mi Google Reader (ese maldito prontuario grupal que se actualiza) o quitando de en medio el teclado y tomando unos mates que más parecen Las Invasiones Inglesas ("puro palo y agua caliente": la gran narradora dixit) sólo para tener cercana una compactera con su ficha hembra de 3,5 y dos discos (sin solución de continuidad, a no ser el cambio de cedé, pasé a Bill Evans), sentado frente al monitor, digo, la vida transcurrió algunas horas y todavía no morí; y encima no la pasé mal (en esas horas; no hablemos de partes del pasado).

Me prendo un pucho. --- En CNPT anímicas, pareciera que el mundo está bastante quieto, y que por aquí no pasa nada; mañana volverán Bardamu y sus videítos, amén de sus significativos textos, y me pondré micronésimamente existencial, esto es, por un ratito; y puede que, esta vez, ese ratito dure aunque sea un poco, un poquito más. Como una esperanza del desastre. Ahora por ahora, esta última frase está vacía.

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