15 de marzo de 2008

Contra-medalla resultante

La estructura corpuscular de tu tejido óseo, me regalan Pergolesi y tengo dientes, guitarras focalizadas de a dos y el enfático, mate sabroso como una diadema púber (linda la chica), como beberse la escritura o comienzos, me arremango contra occisos de menor calibre, sonoro el diapasón y turbias de tu sentido, como que el cómo de los dictámenes, calla el temita, a los que asisto como condón de envase, y el boca a boca, cuadro la regordeta que sonríe, ojitos que te indagan el sudor, titila la flecha, tiemblas por la rendija, armonías internacionales en el antro de nuestra digestión. --- Me espera la comida, desayuno gustoso a cuatro y cuarto de la siesta, termito calentón, termidoriano, cigarrillo ventoso, y todas las volutas, soñé con muchos psicoanálisis que me prendían en verbo, "sólo se sabe un texto", esa ironía distanciadora, limpié mi mouse de sus pelusas tensas, me parece que voy a leer poesía como quien se reencuentra con otra mujer, más deseable de a ratos.

Podría ir caminando hasta el centro, 25 cuadras soleaditas, para sentir el cuerpo en movimiento, tan pasivo, tan de la silla ahora, y el todo el retorcerme frente a libros valiosos que exigen sacrificio, tomar mate/reconstituyentes de la sal, quizá me instale frente al tele a ver algún canal berreta o bueno, Marga da; flauta traversa y guitarra, las dos histéricas, me vuelven un poco a ese Tiziano Tononi y sus muchachos homenajeando a John Coltrane, ¿lo homenajeaban, seguían la huella, es algo tan pueril como "homenajear" eso de internarse en otra música? Como músico, claro: no es admiración, es viaje adosado a viaje. Cuando tiene pilas.

Hoy bailaría. Padecería insomnio. Seguiría estudiando el tan ordenado Genette. Tomaría cerveza en algún antro negro. Corregiría, a ver qué puedo hacer, el poema que empezó a salir anoche. Decidiría publicarlo o no. Día más inmenso que una roca/Chateaubriand. Palabras como abalorios, cansa que hable tanto de este teclamen, ¿no? Taller de pensamiento pre-escritoril, utilidad nerviosa. Simple teclear, cariacontecido morbo...

--- Hay algo que traspasa la espera, hay algo luego de una pausa, una contra-medalla, un des-caparazón, reencuentro el sabor del humo estéril. Para rascarme elijo la mano, no tengo un árbol, cuerpo que pica, cuerpo que es propio, como no lo es ninguna manopla, allá lejos las piernas y los pies, y los ojos, que bien saben hacerlo, dan forma y número al color de la temperancia, un volver a bajar, no tanto nuestro muscular, la inercia y mesa están bailando, sino cierta frialdad cartesiana de ordenadas y abcisas.

Muy disfurtable la música.

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Micrófono abierto a las voces del alma de turno.